Factores que alteran la libido
El motivo más frecuente de consulta sexológica es la disminución del apetito sexual. Hombres y mujeres se preguntan por igual la causa de su reducido o nulo deseo, pues uno de los pilares más importantes para mantener sólida una relación de pareja es una vida sexual satisfactoria.
Desde la concepción, las hormonas sexuales juegan un papel importante en la vida futura de cada ser humano. En primer término determinan el sexo biológico y posteriormente, en la adolescencia, generan cambios en su apariencia física y en su funcionamiento interno.
El deseo sexual aparece de manera sorpresiva y tanto hombres como mujeres viven esta experiencia física bajo la influencia de su cultura, que regula la expresividad sexual obstaculizándola o dándole libre cauce. Por lo tanto, existen factores internos y externos para esa expresividad. Lo que para una cultura es totalmente aceptable, para otra es reprobable.
FACTORES FÍSICOS DEL BAJO APETITO SEXUAL
La biología determina la producción de las hormonas. Con frecuencia, la disminución de testosterona en el varón y de estrógenos en la mujer se debe a un desbalance en la generación de hormonas, como la prolactina, que inhibe el deseo sexual al grado de perderlo por completo sin aparente motivo.
Las enfermedades crónicas, como la diabetes —atribuible en muchos casos a una desordenada y excesiva alimentación, así como a factores genéticos—, se pueden considerar la variable que más afecta el deseo pasional, ya que dañan estructural y funcionalmente a quienes las padecen. La hipertensión arterial, por ejemplo, perjudica de manera progresiva al sistema circulatorio, que sostiene la excitación y el orgasmo.
El sedentarismo también se ha convertido en uno de los principales enemigos de la sexualidad. Pasar mucho tiempo sentado, acostado o trabajar en actitudes pasivas promoverá cambios en la funcionalidad orgánica con el paso del tiempo y, en consecuencia, una baja respuesta al estímulo sexual.
Asimismo, la medicina moderna alopática tiene un gran enemigo: la iatrogenia, es decir, causar daño pretendiendo lograr un bien o buscando la salud. El uso de una enorme cantidad de medicamentos se asocia a alteraciones en los ciclos de excitación sexual, inhibiendo lo que naturalmente mujeres y hombres anhelan íntimamente.
Por otra parte, muchas mujeres refieren un incremento del deseo en el periodo menstrual, durante la ovulación y al término de la regla, cifrando en estos días un mayor apetito pasional. Esto depende de picos en la producción de testosterona que incentivan su libido y favorecen la autocomplacencia o la intimidad en pareja.
ALTERACIONES EMOCIONALES Y RELACIONALES
El rey de los causantes de la disminución y pérdida del apetito sexual es el estrés cotidiano, con el que se aprende a vivir el día a día. Hombres y mujeres viven contracturados muscularmente ante esa tensión y esto cobra factura a todo el andamiaje sexual, tanto al apetito como al placer, al grado de consumar una relación y experimentar vacío en lugar de plenitud.
El estrés es el agente causal presente en todos los trastornos de la respuesta sexual. Este encubre la anticipación de un escenario que genera ansiedad. Muchas veces ese escenario no es real, sino el fruto de experiencias pasadas que se trasladan al presente y causan la angustia anticipatoria de fracasar sexualmente.
El freno de mano al que equivale esa ansiedad es tan poderoso que no sólo reduce el deseo sexual o impide el placer erótico, sino que también puede causar la muerte. La cadena natural del estrés es “alerta, resistencia y exhaustación”, siendo esta última la producción de trastornos psicosomáticos como la pérdida parcial o total de la libido, así como dificultades leves o profundas asociadas al placer antes, durante y después del encuentro carnal.
Cada pareja construye un código de señales con el que indican a su compañero el deseo del encuentro íntimo; son las micro gesticulaciones o mensajes corporales que cada uno comunica, así como la franca invitación a tener relaciones. Esta iniciativa de cortejo puede verse dañada si la pareja se encuentra de manera constante en desacuerdo, lucha de poder o franca desavenencia.
Asimismo, quienes hayan experimentado cualquier tipo de abuso sexual, desde haberse expuesto prematuramente a pornografía hasta tocamientos obscenos o situaciones más graves, verán alterado el ciclo de la excitación y requerirán apoyo psicosexológico y médico.
¿QUÉ HÁBITOS REALIZAR PARA MEJORAR?
Evite el sedentarismo. Realice diariamente caminatas de al menos 30 minutos por la mañana y, de ser posible, por la noche. Esta simple práctica promoverá la funcionalidad orgánica, propiciando la producción de hormonas sexuales.
Practique ejercicio de fuerza y peso. Acuda a un gimnasio o equipe en casa lo mínimo necesario para incrementar su fuerza. Esto aumentará el tono muscular, su piel mostrará efectos positivos y mejorará su desempeño sexual.
Duerma bien. No se autoengañe diciendo que con una siesta repone el sueño nocturno. Esto es incierto y la falta de descanso por la noche alterará sus ritmos circadianos o biológicos, impactando de manera importante la producción de hormonas sexuales de hombres y mujeres.
Cuide su alimentación. Vigile periódicamente sus niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos para que aparezcan en cifras de normalidad. Las elevaciones en estos indicadores afectarán tanto su deseo como su respuesta sexual de excitación y orgasmo.
COMPLEMENTOS EMOCIONALES
La risa es una medicina natural y no cuesta. Déjela salir libremente y no reprima su humor para verse educado. Reír le liberará de la carga excesiva de la hormona del estrés, el cortisol. Además, disfrute diariamente de al menos una tarea que le gratifique o divierta.
Por la tarde o noche medite durante 20 minutos. Este espacio de tiempo sincronizará sus relojes biológicos con el ritmo de la vida.
Converse con su pareja y sea sincero respecto a lo que no le guste sexualmente. Las conversaciones incómodas ayudan a evitar problemas mayores que después pueden convertirse en errores irreparables. Así que mejor hable y exprese sus sentimientos e inconformidades, pero también resalte los momentos excitantes y plenos de la relación.
Tal vez uno de la pareja sea quien experimenta el bajón en el apetito sexual y su acompañante lo sufra. Poner manos a la obra requiere de una actitud decidida a tomar las medidas necesarias. Puede incentivar su creatividad sexual mediante la lectura, videos educativos o asesoría profesional. Sin embargo, si el grado de dificultad para recuperar la libido es alto, habrá que recurrir a un profesional en sexología. En la actualidad existen recursos profesionales que ofrecen excelentes resultados.