EL AGRADECIMIENTO
Cuando somos niños nos enseñan a agradecer algún gesto o actitud benévola hacia nosotros, o también si nos dan algún obsequio, automáticamente debemos de decir "gracias"… La sociedad nos dice que debemos de dar gracias por todo: por la vida, por la salud, por los amigos, por el trabajo, etc.
Pero esta cuestión del agradecimiento, de verdaderamente ser agradecidos, es muy relativa, ya que cuando estamos solos, cuando nadie nos ve, cuando de verdad debemos de retribuir uno o muchos de los favores recibidos, raras veces lo hacemos convirtiéndose esto, según la religión en un pecado de omisión, o como decía una maestra que tuve… rara virtud es la gratitud.
Ante las personas, en una junta, en alguna charla de café, en alguna entrevista, en el trabajo, si procuramos o hacemos algo por alguien, lo hacemos esperando secretamente algún día ser recompensados, o reconocidos.
Pero para qué nos hacemos, la naturaleza del ser humano es así, una cosa es lo que aparentamos, y otra muy distinta es lo que en realidad somos y sentimos, y esto rara vez lo externamos en público, debido a que tenemos miedo de ser juzgados, como advenedizos y ventajosos ante tal o cual situación.
Nos pasamos diciendo o escribiendo frases en el "Face" como que seas muy feliz, vive intensamente, o las cosas materiales no importan, etc., cuando la realidad de las cosas es otra.
Los perros, por el contrario, agradecen por instinto, no por cálculo, cuántas veces no llegamos a casa después de un largo día azaroso, y nuestro perro siempre está ahí, como siempre, agradecido ladrando, y corriendo dándonos la más cordial bienvenida, viviendo el momento, disfrutando al máximo nuestra presencia haciéndonos sentir como si fuéramos lo más importante en la tierra.
Este agradecimiento que nos profesan es completamente desinteresado, pues para nuestro perro no es importante nuestro aspecto físico, el que seamos populares o nuestra condición económica. Y ni qué decir si estamos enfermos o tristes, él estará ahí para acompañarnos y velar nuestros sueños o nuestro insomnio, observándonos en todo momento, como diciendo en qué te puedo ayudar, qué más puedo hacer por ti.
Bien decía Antonio Plaza, en sus versos "sólo una madre ama y sólo un perro agradece". Y tal vez, sólo tal vez una de las misiones de los perros, aquí en la tierra no es sólo darnos compañía, sino enseñarnos muchas otras cosas entre ellas a ser agradecidos… y el que se sienta que es suficientemente agradecido, que tire la primera piedra.
Y ahora para terminar, una gota de filosofía:
No desperdicies tu vida viviendo los sueños de otros.
(STEVE JOBS)