Imagen Roberto Battistini.
Reconocido artista cubano, José Bedia ha desarrollado una obra profundamente marcada por su conexión con las religiones afrocubanas y las tradiciones espirituales de diversas poblaciones indígenas y afroamericanas. La combinación de estos elementos lo ha convertido en un artista singular, capaz de trascender fronteras culturales.
Su trabajo se examina a través de la santería y el vudú, con el fin de entender cómo estas prácticas se integran en sus creaciones y qué significado tienen dentro del contexto del arte contemporáneo. A través de una revisión de su estilo, influencias y simbolismo, se busca comprender cómo Bedia logra transformar lo sagrado en una propuesta artística que expande las limitaciones de lo puramente visual.
En este sentido, su obra no solo se constituye como una contribución al arte cubano, sino que también subraya la importancia de visibilizar y reivindicar las tradiciones afrodescendientes en un contexto artístico. Sus proyectos actúan como un puente que conecta la rica herencia cultural de su país con una audiencia global, promoviendo un diálogo en torno a la identidad y la espiritualidad.
LA INFLUENCIA SANTERA
José Bedia es un iniciado en la regla Palo Monte Mayombe, una de las religiones de origen bantú practicadas en Cuba. Esta inmersión en las tradiciones va más allá de ser una influencia estética, pues forma parte integral de su identidad artística. La santería, como religión sincrética que combina elementos del catolicismo con deidades yoruba, proporciona a Bedia un vasto repertorio de imágenes y símbolos que se manifiestan constantemente en su trabajo.
Uno de los aspectos clave de la santería en su arte es el uso de elementos rituales dentro de sus composiciones, que pueden verse como extensiones de altares, donde la presencia de orishas y entidades espirituales se refleja en dibujos, inscripciones y formas estilizadas. De esta manera, se genera una fusión entre lo ancestral y lo moderno, mostrando cómo las creencias religiosas siguen vivas en la iconografía actual.
Las imágenes del cubano recurren a símbolos bien conocidos dentro de lo afrocubano. Animales totémicos y nkisis (amuletos sagrados del Palo Monte) son elementos recurrentes en sus piezas. Su estilo gráfico, basado en líneas fuertes y una paleta de colores sobria, refuerza el carácter sagrado de sus representaciones y permite al espectador percibir la profundidad espiritual de su trabajo.
Un ejemplo clave es la cruz yowa, un símbolo congo que representa el ciclo de la vida y la conexión entre los mundos espiritual y material. Se asocia con el tránsito de las almas y la reencarnación, además de marcar los puntos cardinales y servir como guía en rituales. En las religiones afrocaribeñas, se relaciona con fuerzas ancestrales. Este signo aparece en las creaciones de Bedia no solo como un detalle ornamental, sino como un elemento estructural que da cohesión a sus composiciones, dotándolas de un carácter místico.
EL VUDÚ COMO EXPRESIÓN VISUAL
El vudú haitiano es otra presencia clave en la obra de este artista. Su fascinación por esta práctica proviene de la riqueza de sus rituales y la manera en que los elementos visuales estructuran su cosmología. En sus piezas se observa una integración de los actos ceremoniales del vudú con los elementos estéticos del arte moderno, creando una lectura visual compleja y envolvente.
Dentro del vudú, los vévés son dibujos sagrados utilizados en los rituales para invocar a las loas (espíritus). Bedia ha incorporado estos patrones geométricos en sus composiciones, fusionándolos con otros símbolos de origen bantú y yoruba. La inclusión de los vévés en su trabajo es una reinterpretación que mantiene su función espiritual, mientras se convierte en una introspección sobre la persistencia y transformación de las tradiciones religiosas en un mundo globalizado.
TRANSGRESIÓN Y METAMORFOSIS
Un rasgo distintivo en la obra de Bedia es la transgresión de los límites entre lo humano y lo divino. Sus figuras a menudo se encuentran en un estado de metamorfosis, reflejando el proceso de transformación que ocurre en los rituales de posesión en el vudú. Esta característica se vincula con el concepto de “encabalgamiento”, donde un espíritu se manifiesta en el cuerpo del creyente, creando un trance que se representa en sus composiciones con una energía visual única.
Esta metamorfosis ilustrada también sirve como comentario sobre la naturaleza fluida de la identidad en las culturas afroamericanas, donde el pasado y el presente coexisten de manera simultánea. La fusión y transformación de las figuras dentro de sus imágenes crea una sensación de movimiento perpetuo, como si las escenas que retrata estuvieran en constante evolución, reflejando la vitalidad de las prácticas espirituales que las inspiran.
RITUALIDAD Y ESPACIO EXPOSITIVO
Mientras que en la tradición afrocubana los altares y objetos sagrados están restringidos al ámbito de la práctica religiosa, Bedia los introduce en el espacio expositivo, donde los reinterpreta desde una perspectiva artística y conceptual.
Este desplazamiento genera tensiones entre lo esotérico y lo exotérico. Aunque sus piezas están profundamente enraizadas en la religión, son accesibles al público general sin necesidad de una iniciación. Esta dualidad permite una doble lectura: por un lado, sus obras pueden verse como arte contemporáneo influenciado por culturas no occidentales; por otro, para aquellos familiarizados con la santería y el vudú, contienen significados ocultos y referencias específicas, creando un diálogo entre lo visible y lo invisible, lo comprensible y lo misterioso.
El trabajo de Bedia ha sido reconocido internacionalmente como parte del fenómeno del multiculturalismo en el arte actual. Sin embargo, su enfoque se distingue de la mera apropiación cultural. A diferencia de otros artistas que incorporan elementos de comunidades no occidentales de manera superficial, él es un participante activo en las tradiciones que representa. Su obra no es solo una observación externa, sino una expresión de una cultura que él mismo encarna.
Este proceso preserva dichas tradiciones y las transforma en una propuesta artística integral. Al desplazar los límites entre lo ritual y lo artístico, Bedia cuestiona la relación entre arte, espiritualidad e identidad cultural, ofreciendo una visión innovadora y trascendental de lo sagrado en el arte.
