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La salud mental femenina en México

Hay diversos factores que influyen en una mayor prevalencia de trastornos mentales en las mujeres, desde cuestiones hormonales hasta expectativas sociales. Su prevención y detección temprana es vital para combatir el problema.

La combinación de exigencias laborales, familiares y personales eleva considerablemente los niveles de estrés en las mujeres. Foto: Adobe Stock

La combinación de exigencias laborales, familiares y personales eleva considerablemente los niveles de estrés en las mujeres. Foto: Adobe Stock

PRISCILA CASTAÑEDA

Los trastornos mentales representan una de las principales causas de discapacidad en México, afectando de manera significativa a la población femenina. Diversos estudios han documentado la prevalencia y el impacto de estos padecimientos en las mujeres mexicanas, destacando la necesidad de atención y prevención en salud mental. 

Es importante mencionar que muchas de estas investigaciones no fueron llevadas a cabo con un enfoque exclusivo de perspectiva de género. Sin embargo, una de las mayores áreas de oportunidad en este aspecto se trata de realizar nuevas clasificaciones que tomen en cuenta a las mujeres y, adicionalmente, considerar un mayor abanico de factores asociados a dichos padecimientos. 

PRINCIPALES TRASTORNOS MENTALES EN MUJERES MEXICANAS 

Desde una perspectiva social, han surgido controversias en torno a la “emocionalidad” del género femenino. Esta idea resalta la supuesta tendencia a que las mujeres tengan mayores problemas asociados a la salud mental. Sin embargo, culturalmente también se tiende a estigmatizar la expresión emocional de los hombres, tildándolos de “poco masculinos” si de externar un malestar se trata.  

Pero si bien las afecciones emocionales no distinguen sexos ni condiciones, sí existen estudios que respaldan las estadísticas de los principales diagnósticos en las mujeres mexicanas: 

Depresión mayor. Factores hormonales, eventos traumáticos y condiciones socioeconómicas adversas contribuyen a su aparición. La depresión posparto también es frecuente, afectando el bienestar de la madre y el desarrollo socioemocional de sus hijos, así como los vínculos y las dinámicas familiares. Este especificador de los trastornos depresivos es tan común que incluso suele ser considerado “normal”, sin embargo, sus alcances pueden desencadenar comorbilidades como la ansiedad y, sobre todo, afectar la atención que ha de brindarse al recién nacido. 

La depresión posparto es tan frecuente que incluso se le ha llegado a considerar 'normal', a pesar de todo lo que implica para la madre y su bebé. Foto: Freepik
La depresión posparto es tan frecuente que incluso se le ha llegado a considerar "normal", a pesar de todo lo que implica para la madre y su bebé. Foto: Freepik

Trastornos de ansiedad. Las mujeres mexicanas presentan una mayor prevalencia de este tipo de padecimientos en comparación con los hombres. Este apartado incluye el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y fobias específicas. La ansiedad puede interferir significativamente en la vida cotidiana, impactando el desempeño laboral y las relaciones interpersonales. Si bien en ocasiones se cataloga como una situación pasajera, es el factor mental que suele causar mayores disfunciones en el día a día de quien la sufre. 

Trastornos de la conducta alimentaria. La anorexia nerviosa y la bulimia son más comunes en mujeres jóvenes. Estos trastornos se caracterizan por una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal, llevando a comportamientos alimentarios peligrosos, como el negarse a comer lo suficiente, lo que puede derivar en otros problemas de salud, comenzando por la desnutrición. En México, se ha observado un aumento en los casos de anorexia, especialmente en adolescentes de 12 a 17 años. 

Trastorno límite de la personalidad (TLP). Se diagnostica con mayor frecuencia en pacientes femeninos y se caracteriza por inestabilidad emocional, relaciones interpersonales caóticas y comportamientos impulsivos. Las mujeres que lo padecen tienen más probabilidades de presentar comorbilidades como trastornos de ansiedad y somatomorfos. Estos últimos consisten en la presencia de síntomas físicos crónicos y una excesiva preocupación por ellos. El TLP requiere de atención urgente y específica, pero lamentablemente suele ser minimizado por la pareja o la familia de la paciente.

FACTORES CONTRIBUYENTES 

La mayor prevalencia de estos trastornos en mujeres mexicanas puede atribuirse a una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Los cambios hormonales, especialmente durante el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia, pueden influir en el estado de ánimo y los niveles de ansiedad. Además, las mujeres a menudo enfrentan cargas adicionales al trabajo y lo económico, como la responsabilidad del cuidado del hogar y la familia, lo que puede aumentar el estrés y la vulnerabilidad a problemas de salud mental. 

El TLP se caracteriza por un marcado desequilibrio emocional que afecta las relaciones interpersonales. Foto: Freepik
El TLP se caracteriza por un marcado desequilibrio emocional que afecta las relaciones interpersonales. Foto: Freepik

Ha de considerarse también la influencia de las exigencias familiares, laborales y personales, mismas que pueden desencadenar una idea de insuficiencia que difícilmente puede llegar a cubrirse. 

Por otra parte, la pandemia ha exacerbado los trastornos mentales en la población mexicana. Estudios indican un incremento en los casos de depresión y ansiedad durante este período, afectando mayormente a las mujeres. La carga extra de responsabilidades y el aislamiento social son elementos que contribuyeron a este aumento. 

NECESIDAD DE ATENCIÓN Y PREVENCIÓN 

A pesar de la alta prevalencia de trastornos mentales, muchas mujeres mexicanas no reciben el tratamiento adecuado debido al estigma, la falta de recursos y el acceso limitado a servicios de salud mental. Es crucial desarrollar políticas públicas que promuevan la prevención, detección temprana y tratamiento efectivo de estos padecimientos, considerando las particularidades de cada género y sus necesidades específicas. 

Esto representa un desafío significativo para la salud pública. Abordar esta problemática requiere un enfoque integral que considere los factores biológicos, psicológicos y sociales que abonan a la aparición de trastornos. Es necesario sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la salud mental femenina, no únicamente destinando recursos para ello, sino mediante una utilización apropiada de los mismos, con el fin de generar un cambio radical en el pensamiento acerca de quienes deciden buscar ayuda, considerando cada caso como particular y observando los antecedentes que podrían haber influido como detonantes en cada afección.

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Escrito en: Priscila Castañeda salud mental femenina salud mental en mujeres trastorno límite de la personalidad depresión posparto ansiedad

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