
Obispo de la Diócesis de Saltillo oficia misa a madres buscadoras en Frontera
El obispo de la Diócesis de Saltillo, Monseñor Hilario González García, ofició una misa por las madres buscadoras de desaparecidos de la Región Centro de Coahuila.
La ceremonia se llevó a cabo en la iglesia del Verbo Encarnado, ubicada en Ciudad Frontera, reconocida por la labor del párroco Paulo Alfonso Sánchez Valencia, defensor de los derechos humanos y del apoyo a migrantes.
En su homilía, el obispo abordó la problemática de las desapariciones en Coahuila y recordó el reciente el asesinato de ocho jóvenes en el municipio de San José Mendoza, en la Diócesis de Irapuato, Guanajuato.
"Pedimos por las familias buscadoras y por los desaparecidos"
Durante el acto religioso, Monseñor Hilario González expresó la importancia de acompañar a las familias buscadoras en su lucha por encontrar a sus seres queridos.
“Pedir por las familias buscadoras, por su consuelo, fortaleza, pedir por esos desaparecidos que no sabemos dónde están. Se han encontrado restos que aún no se identifican”, afirmó.
El obispo también mencionó la misa que se realizó el 15 de marzo en la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, encabezada por Monseñor Javier Acero, quien acompaña a las familias buscadoras en esa región.
En la misa de El Verbo Encarnado estuvieron presentes integrantes del colectivo de madres buscadoras de Monclova y Frontera, encabezadas por Nancy Elizabeth Ramón Hernández, presidenta del grupo.
Alertan sobre hackeo a sacerdotes y al obispo emérito
En la misma visita, Monseñor Hilario González advirtió sobre un hackeo a las cuentas de WhatsApp del obispo emérito Samuel Ruiz y de dos sacerdotes, uno de Saltillo y otro de Monclova.
“Los delincuentes se hacen pasar por los sacerdotes para pedir dinero a través de mensajes de texto”, explicó el obispo.
Detalló que el método utilizado es el envío de mensajes falsos de paquetería para robar la información personal. Aunque no se ha logrado estafar a nadie hasta el momento, se emitió una alerta diocesana.
“Es preocupante que se aprovechen de la solidaridad de la gente. Es una práctica que afecta la confianza y la generosidad de la comunidad”, expresó Monseñor Hilario.
Finalmente, el obispo reiteró su llamado a la conversión personal y social, e instó a quienes cometen estos actos ilícitos a abandonar esas prácticas.
“Es necesario convertirnos al Señor, no solo los creyentes, sino también quienes tienen poder para hacer daño. Más vale que nos convirtamos”, concluyó.