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Steampunk, sueños mecánicos retrofuturistas

Este movimiento cultural contemporáneo toma la estética de las máquinas de la Revolución Industrial para imaginar cómo se hubieran desarrollado ciertos artefactos en un futuro alternativo.

Bruce Rosenbaum con algunas de sus esculturas A. Imagen ArtsHub of Western Mass.

Bruce Rosenbaum con algunas de sus esculturas A. Imagen ArtsHub of Western Mass.

DRA. AURORA HERNÁNDEZ

El steampunk es una subcultura retrofuturista que combina elementos tecnológicos y estéticos inspirados en la maquinaria industrial del siglo XIX. El término proviene de los vocablos anglosajones steam (vapor) y punk (subversión), por lo que puede entenderse como “subversión vaporosa”, resaltando el protagonismo del vapor como símbolo de la Revolución Industrial y el espíritu contestatario que caracteriza a la cultura punk.

Inspirado en la era victoriana, pero con una perspectiva contemporánea, este movimiento explora cómo los avances tecnológicos, los relatos históricos y los valores sociales se conectan para dar forma a la comprensión del mundo.

El movimiento steampunk toma la estética de las máquinas industriales para reflexionar sobre el papel de la tecnología en la sociedad. Imagen Unsplash Meina Yin.
El movimiento steampunk toma la estética de las máquinas industriales para reflexionar sobre el papel de la tecnología en la sociedad. Imagen Unsplash Meina Yin.

ORÍGENES E INFLUENCIAS

Esta cultura de la máquina de vapor surge como una subrama de la ciencia ficción, influenciada por autores como H.G. Wells y Julio Verne, visionarios que imaginaron futuros alternativos donde la maquinaria de la Revolución Industrial reconfiguraba la sociedad de manera cautivadora y desafiante. El impacto de estos escritores del siglo XIX no puede subestimarse al considerar el génesis del steampunk.

Verne, en obras como Veinte mil leguas de viaje submarino (1870) o La vuelta al mundo en 80 días (1872), presentó avances tecnológicos basados en la ciencia de su tiempo, pero llevados al límite. Su fascinación por la tecnología, combinada con un sentido de aventura y descubrimiento, sentó las bases para una estética que ahora fusiona lo retro y lo futurista.

Por su parte, H.G. Wells, con títulos como La máquina del tiempo (1895) o La guerra de los mundos (1898), exploró las consecuencias sociales y éticas de la tecnología, añadiendo una capa crítica que hizo eco en el steampunk. En ambas obras, los avances tecnológicos no sólo representan progreso, sino también el conflicto, la transformación social y el cuestionamiento del poder.

Artefactos presentes en la exposición Discover Steampunk en Virginia, Estados Unidos B. Imagen Acuario de Virginia.
Artefactos presentes en la exposición Discover Steampunk en Virginia, Estados Unidos B. Imagen Acuario de Virginia.

MULTIDISCIPLINAR

Sin embargo, este movimiento no se limita a la literatura. Su influencia abarca múltiples disciplinas, como el diseño de moda, la música, el cine y las artes visuales. Utiliza elementos como engranajes, relojes de bolsillo, tubos de cobre y madera tallada para recrear objetos, con un enfoque hacia lo manual y lo artesanal. Esta reivindicación de lo hecho a mano contrasta con la producción en masa moderna, buscando generar una conexión más íntima entre las personas y las cosas.

La nostalgia ocupa un lugar central en este universo alternativo de la Revolución Industrial, actuando como un espejo del pasado, para darse cuenta de cómo se vive el presente y cómo construir el futuro. Este estilo revisita la época decimonónica no para glorificarla, sino para explorar las tensiones entre tecnología, moralidad y sociedad. La Revolución Industrial, con sus avances mecánicos y desigualdades sociales, se convierte en un marco para reflexionar sobre las dinámicas de poder inherentes a la tecnología contemporánea.

Steampunk Stratocaster, de Jake von Slatt. Imagen Flickr Jake von Slatt.
Steampunk Stratocaster, de Jake von Slatt. Imagen Flickr Jake von Slatt.

GRANDES EXPONENTES

Una de las exhibiciones más notables en los últimos años fue Discover Steampunk, una exposición itinerante que llamó significativamente la atención cuando se mostró en el Museo de Ciencias de Virginia, en Estados Unidos. Los visitantes pudieron interactuar con más de 20 inventos retrofuturistas, esculturas cinéticas recicladas y máquinas intrincadas. La muestra fusionó arte, ciencia e historia, enseñando a los visitantes sobre la innovación a través de la expresión creativa y el contenido educativo.

Además, eventos como el Maker Faire Bay Area, en California, también han sido clave para popularizar el steampunk, siendo este un escenario importante para los creadores de la cultura maker, caracterizada por la fabricación manual de artefactos utilizando elementos tecnológicos. Dichas exhibiciones han ayudado a que este movimiento retrofuturista trascienda los nichos más pequeños de aficionados, convirtiéndolo en una tendencia artística relevante.

Entre los artistas más notables del steampunk se encuentran James Ng, conocido por fusionar influencias asiáticas en sus detalladas ilustraciones; Kato Lambert, pionera en moda con su firma Steampunk Couture, y Bruce Rosenbaum, quien transforma objetos cotidianos en piezas funcionales. También destacan Madeline Foxtrot, escultora que combina metales, y The League of S.T.E.A.M., un colectivo que mezcla diseño, tecnología y performance.

Artistas como Jake von Slatt subrayan la importancia de utilizar materiales reciclados y prácticas sostenibles, como lo demuestra su Steampunk Stratocaster, una guitarra eléctrica modificada con componentes de bronce y engranajes victorianos, que no sólo es una pieza estética, sino también un manifiesto sobre la importancia de reconectar con el acto de creación manual.

ÉTICA DE LAS COSAS

Según el sociólogo y antropólogo Bruno Latour, los objetos no son meras herramientas, sino actores que intervienen directamente en la creación de las dinámicas sociales, políticas y culturales. En su teoría del actor-red, Latour sostiene que las tecnologías, lejos de ser neutrales, son fuerzas activas que participan en la configuración de nuestras identidades y valores. Este pensamiento desafía la visión tradicional de la tecnología como algo que sirve simplemente a los fines humanos, sugiriendo en su lugar que esta, en muchos aspectos, modela nuestras interacciones y percepciones.

En el contexto del imaginario steampunk, el bricolaje y el reciclaje representan una práctica tangible de esta interacción, donde la tecnología no es un producto finalizado, sino una herramienta en constante transformación. El proceso conocido como tinkering, —experimentación y modificación de objetos—, se convierte en una acción subversiva que desafía la desigualdad de acceso a la tecnología y la obsolescencia programada, práctica que emplean las empresas para acortar la vida útil de los dispositivos electrónicos que fabrican, con el fin de acelerar el ciclo de desecho y consumo. A través de la filosofía steampunk se reivindica el derecho a transformar y comprender el entorno tecnológico, haciéndolo en términos éticos y políticos.

No es de extrañar que este movimiento también integre una visión ambientalista, al igual que muchas corrientes del arte contemporáneo. Aunque el steampunk no se clasifica directamente como parte de este ámbito, comparte con él el objetivo de reflexionar sobre el impacto humano en los ecosistemas y la sociedad. Además, su celebración de la artesanía y la individualidad ofrece una alternativa tangible al consumismo contemporáneo.

CRÍTICAS Y CONTRADICCIONES

Una de las críticas más recurrentes a esta corriente es que, al idealizar ciertos aspectos de la era victoriana, podría ignorar problemas sociales de esa época. Además, su énfasis en el dominio humano sobre la tecnología prolonga valores de control y jerarquía.

En su saga de novelas Infernal Devices (2010-2013), K.W. Jeter presenta un mundo donde las maravillas mecánicas y las jerarquías sociales están entrelazadas. A través de su protagonista, se exploran las formas en que los avances tecnológicos pueden ser manipulados por las élites para conservar la desigualdad. Aunque celebra la inventiva humana, la narrativa también cuestiona cómo las máquinas y los ingenios pueden convertirse en formas de control en manos de quienes tienen el poder.

Al recuperar la dignidad de los objetos hechos a mano y al replantear las jerarquías sociales, el movimiento steampunk ofrece una visión creativa del mundo. Su habilidad para combinar nostalgia, innovación y conciencia ética lo convierte en una perspectiva futura donde la tecnología está al servicio de las personas, no al contrario, recordándonos que, al igual que las máquinas que creamos, estamos conectados con el mundo que nos rodea.

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Escrito en: steampunk industrial CIENCIA Arte

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