
Roro y su novio Pablo.
Tradwife es un término que apareció por primera vez en el año 2017, como una abreviatura de las palabras en inglés “traditional wife”, que significan “esposa tradicional”, y se utiliza para referirse a las mujeres que deciden dejar de lado su vida profesional y/o personal para centrarse únicamente en ser amas de casa.
El auge de este concepto se dio en las redes sociales luego de que distintas influencers empezaran a vestirse y actuar como las mujeres lo hacían en los años cincuenta y sesenta, romantizando el estilo de vida de aquella época. Se trata de una tendencia que defiende el rol de género femenino tradicional, es decir, quedarse en casa a atender las labores del hogar y a los hijos, mientras que los hombres salen a trabajar para ser los proveedores económicos de la familia.
Con la popularidad mundial de las redes sociales, especialmente la de TikTok, ha habido casos de influencers que se hacen virales por crear contenido alineado a lo que las tradwives proponen.
BALLERINA FARM
El caso de Hannah Neeleman, conocida en redes como Ballerina Farm, ha sido uno de los más reconocidos. Si bien sus videos se viralizaban en TikTok al mostrar su vida en una granja al lado de su marido y sus ocho hijos, se convirtió en centro de atención cuando dio una entrevista al periódico The Times, donde reveló que solía estudiar en la Escuela Juilliard, un prestigioso conservatorio de Nueva York con una tasa baja de admisión, donde era una de las grandes promesas del ballet.
Daniel Neeleman, esposo de Hannah, fue quien le pidió que vivieran en el campo y que dejara sus estudios de ballet con la excusa de que esto sería un obstáculo en la relación, pues se interpondría entre los dos. En la entrevista, la influencer expuso que no cuentan con ningún tipo de ayuda para las labores de la granja o los cuidados de sus hijos, confesando además que hay días en los que quisiera quedarse en cama toda una semana debido al cansancio que puede llegar a sentir. Dijo también que no le fue aplicada anestesia en ninguno de sus partos, puesto que todos se realizaron en casa, a excepción de uno. Sumado a esto, Daniel la interrumpía constantemente durante la conversación, lo que provocó que los espectadores la tacharan de ser una mujer sumisa.
Ante la opinión pública, Hannah declaró que en ningún momento se ha sentido sometida por su marido; incluso acusó a la periodista de querer minimizarla ante Daniel, aclarando que el estilo de vida que tienen estaba alejado de lo comentado por los internautas, sino que, al contrario, la pareja tenía como prioridad a Dios y a sus hijos.
RORO
Otro ejemplo famoso de este tipo de contenido es el de Rocío López Bueno, mejor conocida como Roro, una joven española que cuenta con más de 5.6 millones de seguidores en TikTok. Su contenido se enfocaba en actividades culinarias, sin embargo, en el último año ha llamado la atención debido al cuidado que le brinda a su casa y a su novio, Pablo. Su característica frase al inicio de sus videos, “Hoy a Pablo le ha apetecido…”, se ha convertido en un sello distintivo. El debate inició cuando varios usuarios comenzaron a opinar que las acciones de la influencer incitaban a las mujeres a someterse ante un hombre, pues elabora artefactos y alimentos desde cero para complacer a su pareja.
Si bien no se ha demostrado que Roro haya sido obligada a llevar su estilo de vida, hay quienes sí la catalogan como una tradwife pese a que ella ha dicho que sólo hace lo que le gusta, sin presiones de nadie. Incluso ha aclarado que usa su frase tradicional a modo de broma, culpando a Pablo de lo que en realidad ella misma desea hacer. Los defensores de esta tiktoker, en su mayoría hombres, expresan que encarna a la mujer perfecta: inteligente, atractiva y dispuesta a servir a su novio.
ESTEE WILLIAMS
Esta es una chica de 25 años que vive en Virginia, Estados Unidos, y que actualmente genera contenido en YouTube sobre sus labores domésticas. La influencer estudiaba meteorología y practicaba fisicoculturismo cuando decidió abandonar su carrera para dedicarse de lleno al hogar, lo que ella considera el “rol natural” de una mujer, mientras que su esposo se centra en trabajar.
En sus videos muestra su rutina de actividades como hacer la limpieza, ir a la iglesia y cocinar. Asimismo, da consejos para mantener una imagen femenina, pues resalta que las mujeres deben estar “presentables” ante su marido. Ha expresado que se siente orgullosa de haber dejado la universidad, de ser cristiana y haber adoptado esa forma de vida, pero también critica que a las niñas se les enseñe que no deben ser dependientes económicamente de sus parejas cuando crezcan, catalogando esto como un discurso tóxico y alejado de Dios.
Hay quienes opinan que sus consejos sabotean el progreso que han alcanzado las mujeres en cuanto a su participación en la sociedad y le cuestionan qué haría en caso de que a su esposo le ocurriera una desgracia y se quedara sola. Por otro lado, algunos hombres comentan que ellos mismos deben mejorar como personas para merecer mujeres que los traten como Estee dice tratar a su compañero.
FEMINISMO
Si bien las tradwives no obligan a nadie a seguir sus pasos, sí se trata de una fuerte influencia para mantener los roles de género tradicionales y que otro tipo de dinámicas sigan siendo mal vistas.
Una preocupación más sobre este tema es que también pudiera perpetuar el rechazo a cualquier otro grupo social que se salga del esquema de “familia tradicional”, por ejemplo, la comunidad LGBT+.
El mensaje que promueve el movimiento tradwife pareciera estar en contra de lo que postula el feminismo: que las mujeres son libres de realizar actividades que antes eran consideradas exclusivas para los hombres —trabajar, por ejemplo—, sin limitarse por lo que socialmente se espera del sexo femenino —ser madre y dedicarse a las labores domésticas—. Sin embargo, cabe aclarar que el feminismo no pretende obligar a las mujeres a tomar un camino distinto al de ser ama de casa, sino que busca crear conciencia sobre los roles de género y que cada una sea capaz de decidir de forma autónoma lo que quiere para sí misma, sin que se le tenga que imponer algo.
Sea como sea, por vocación o por moda, es un hecho que las tradwives ya encontraron su público y aprovechan el auge de las redes sociales para monetizar su estilo de vida. TikTok paga a los creadores de contenido entre 20 y 40 dólares por millón de vistas. Al tratarse de influencers de amplio alcance, las tres mujeres mencionadas en este artículo, irónicamente, están lejos de ser económicamente dependientes de sus esposos. El patrimonio hecho por Hanna Neeleman a través de sus videos rebasa los dos millones de dólares. Juan Pablo Arredondo, quien se dedica a compartir datos duros en torno al machismo, estima que Roro Bueno gana alrededor de mil 300 dólares cada día. Si bien de Estee Williams no hay información concreta respecto a sus ingresos, queda claro que no es completamente dependiente de su marido en lo económico, como se jacta de serlo. Se trata de ganancias con las que quizá ninguna esposa tradicional habría soñado jamás en la historia, ni siquiera las millones de amas de casa de hoy en día. Tal vez, después de todo, estas influencers no son mujeres del todo “tradicionales”.