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Un lagunero extraordinario

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Hace 100 años, el 18 de enero de 1925, nació un ciudadano lagunero extraordinario. El Dr. Luis Maeda Villalobos vio la luz por vez primera en Matamoros de la Laguna, Coahuila, cuando la región y todo el país todavía sufrían serios efectos de la guerra fratricida llamada Revolución. Falleció a la edad de 91 años en Torreón, Coahuila, el 1 de octubre del 2016.

Su padre, el Sr. Juntaro Maeda, oriundo de Kumamoto, Japón, y su madre mexicana lagunera de Gómez Palacio, Durango, Doña Concepción Villalobos Gutiérrez, con gran esfuerzo, formaron con él junto a sus seis hermanos una familia con oportunidades para prepararse académicamente. Luis cursó la primaria en la Escuela Apolonio Avilés de su ciudad natal y en el Instituto Francés de La Laguna de Gómez Palacio, la secundaria y la preparatoria en la Escuela Carlos Pereyra de Torreón. Por vocación decidió estudiar Medicina en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en la Universidad Autónoma de Guadalajara, donde finalmente obtuvo su título profesional como Médico Cirujano en 1952. Una vez graduado, decidió estudiar la especialidad de Oncología en el Hospital Juárez de la Ciudad de México.

Por 43 años ejerció exitosamente su profesión como cirujano oncólogo en la ciudad de Torreón, principalmente en instituciones muy reconocidas como la Clínica de Diagnóstico y el Sanatorio Español. Fue miembro, entre otras organizaciones, del Colegio de Médicos de la Laguna y de la Sociedad Mexicana de Estudios Oncológicos, así como asesor científico de Janssen de Bélgica. Por más de 25 años fue catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila.

Además de su excelente trabajo como médico, fue un incansable luchador por la Cultura y la Historia y un incansable explorador de la Región Lagunera. En ese contexto, fue líder co-fundador del Museo Regional de la Laguna, localizado en el Bosque Venustiano Carranza de la ciudad de Torreón, y co-fundador de la Casa de la Cultura de Torreón y de la Casa de la Cultura de Gómez Palacio. Además, impulsó la creación de escuelas como la Escuela de Enfermería "María Esther Zuno de Echeverría" y la Preparatoria Federal por Cooperación "Lic. Benito Juárez".

También fue líder fundador, junto a un grupo de académicos y miembros de la comunidad lagunera, del Instituto de Investigaciones Científicas Históricas y Geográficas del Estado de Coahuila, Unidad Laguna (1967-1994), cuyas actividades inspiraron las vocaciones científicas de numerosos jóvenes. Las colecciones paleontológicas y entomológicas de este instituto se exhibieron en Torreón por muchos años en el Tercer piso del Palacio Federal. Preocupado por la relación arsénico-cáncer, escribió El Hidroarsenicismo Crónico Endémico y luchó intensamente en pro del cuidado y conservación del ambiente regional a través de numerosas conferencias impartidas en todos los niveles educativos y al público en general. De gran relevancia fue su participación en Laguneros por el Agua, agrupación que ha incidido en el estudio, manejo sustentable, conservación del acuífero y manejo integral de la cuenca Nazas-Aguanaval-Parras.

Por muchos años, fue colaborador científico y articulista del periódico regional que tanto quiso y respetó, El Siglo de Torreón, publicando columnas como "Laguna Insólita" con temas sobre Ecología, Antropología e Historia. Escribió numerosos libros sobre temas académico-científicos y también novelas. Entre ellos se encuentran: La Laguna-Monografía Histórica, que derivó en la película Historia de La Laguna, Torreón logros y perspectivas, Impacto Ambiental y la Salud, Vocabulario Elemental de Ecología, Mi Vida en Canutillo Durango con el General Villa, El hombre que se rebeló contra Dios, El Explorador Desconocido, Mayrana y su hermano, El habla popular de los laguneros, Corazón de bambú, Un solo Dios Paradigma de la Paz del Mundo. Su carácter creativo lo llevó también a desarrollar otras actividades artísticas plasmadas en el arte Kareki, en numerosas pinturas al óleo en arenisca, y en pequeñas rocas, a lo que él llamaba, el mensaje de las rocas.

Por su trabajo, el Dr. Luis Maeda Villalobos recibió la Medalla de Oro y distinción de Ciudadano Distinguido otorgados por el R. Ayuntamiento de Torreón en Sesión Solemne de Cabildo el 15 de septiembre de 1985. El mismo año recibió el Diploma por Servicio a la Humanidad entregado por el Club Sertoma de Torreón. En 1999, recibió un Reconocimiento al Mérito Académico por la Universidad Autónoma de la Laguna y en 2017 se realizaron en Gómez Palacio las Jornadas Académicas dedicadas en su honor por la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

Para terminar esta breve semblanza con motivo del centenario del nacimiento del Dr. Luis Maeda Villalobos se puede concluir que fue una persona extraordinaria, de mente positiva brillante, con inquietud intelectual insaciable en todas las ramas de la Filosofía y la Ciencia, sobre todo en Medicina, Antropología, Biología y Ecología. Su único vicio o mayor exceso era leer libros y trabajar. Su filosofía de vida: Disciplina, no perder el tiempo, ser hombre de bien, aportar siempre al progreso de la sociedad, y seguir los preceptos de la Bioética: no agredir ni al humano ni a la Naturaleza.

DR. ALEJANDRO M. MAEDA MARTÍNEZ

Dedico esta semblanza a todas mis hermanas y hermanos, en especial a mi hermana mayor Leticia, por su profundo amor y respeto que siempre le dedicó a nuestro padre.

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Escrito en: Basquetbol Toros Laguna

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