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Yo soy yo y mi etcétera

La ocurrencia de la aproximación a un posible paralelismo me saltó porque, al acercarse la fecha de la muerte de Marx, repasé algunas de sus páginas y ellas me hicieron notar la cercanía, también, de la fecha de su nacimiento.

Yo soy yo y mi etcétera

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SAÚL ROSALES

Nunca me acerqué a los libros de José Ortega y Gasset, ni siquiera a Meditaciones del Quijote (1914), obra que oía citar o encontraba referida durante el tiempo en que me deslumbró la novela de Cervantes (edición Novaro, cuatro tomitos), es decir, cuando empezaba el decenio de los sesenta.

En aquella parte de la segunda mitad del siglo XX con frecuencia se repetía, se traía y se llevaba, se hubiera leído o no a Ortega, el segmento inicial de su famosa proposición: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.

El retazo inicial, “Yo soy yo y mi circunstancia”, todavía se puede deslizar a los oídos, a las computadoras y al papel. Se volvió lugar común, frase hecha con la cual aderezar, con elegancia y lustre de atuendo ajeno, el turno de un acto de habla o de un párrafo. (Sor Juana los nombra “voz común” y “frase común”). 

El resto de la proposición del filósofo español no es recordado y quizás ni conocido. Yo lo descubrí —ya confesé que no le llegué nunca a la obra de Ortega y Gasset— hasta estos días de 2025 en que quise ver cuánto paralelismo se le podía encontrar emparejado con una de Marx.

La ocurrencia de la aproximación a un posible paralelismo me saltó porque, al acercarse la fecha de la muerte de Marx, repasé algunas de sus páginas y ellas me hicieron notar la cercanía, también, de la fecha de su nacimiento. Murió el 14 de marzo de 1883; nació el 5 de mayo de 1818. Ambos datos se constituyen en paréntesis en cuyo interior me vino la ocurrencia para comentarla hoy 29 de marzo.

Para acercarnos a la figura geométrica del paralelismo nos hacía falta la otra línea, la otra proposición. Esta no es tan universalmente conocida como la de Ortega aunque en el desarrollo social del siglo XX haya provocado sacudimientos que, en cambio, la del filósofo español no gestionó. La marxista, a la que nos hemos venido refiriendo, apenas circula y se maneja en ciertos predios de la sociología y de la política de izquierda, pese a la alta dosis de verdad que contiene.

La proposición, que en seguida citaré, se encuentra en el libro Contribución a la crítica de la economía política. Tal vez su paralelismo con la de Ortega no se muestra de inmediato, habrá que hurgar un poco en las palabras. En fin, va lo que Marx dice en ese libro: “No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino por el contrario, es su existencia social lo que determina su conciencia.” O sea, el ser es el ser y su circunstancia.

Quizás el paralelismo emerja con mayor facilidad si se interpolan palabras de Ortega en las de Marx —aunque debería ser al revés ya que las del filósofo del proletariado fueron primero— de manera que se lea: No es la conciencia de yo ser yo aislado; sino yo, y lo que determina mi ser, es decir, mi circunstancia.

O vuelto a decir con palabras marxistas, pero ahora de La ideología alemana, es como se transparenta el paralelismo: “No es la conciencia [el yo] lo que determina la vida, sino la vida [las circunstancias] lo que determina la conciencia [al yo].”

En una y en otra, en la proposición de Ortega tanto como en la de Marx, la relación entre el yo y la circunstancia es de reciprocidad, sólo que únicamente en la de Marx se evidencia el determinismo de la circunstancia, la vida, el exterior al ente humano. En Ortega, tal como lo citan, la proposición trunca: “Yo soy yo y mi circunstancia”, no hay lo que la lógica formal decía, es decir, no hay causa eficiente.

Dejemos para otra ocasión el análisis de la proposición de Ortega completa y con su contexto contenido en el libro Meditaciones del Quijote. Entre tanto, queden expuestas estas divagaciones sobre el paralelismo —real o imaginario— entre dos proposiciones filosóficas acerca del ser social, el ser humano, no el ser árbol, el ser caballo, o el ser bicicleta.

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Escrito en: texto Marx cumpleaños

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