Íker Casillas fue un espectador más, pues los rusos apostaron por el contragolpe, en base a los trazos de Aleksandr Mostovoi, quien nunca pudo encontrar un espacio para surtir de balones al flamante monarca de la Liga de Campeones de Europa, Dmitri Alenichev.
Íker Casillas fue un espectador más, pues los rusos apostaron por el contragolpe, en base a los trazos de Aleksandr Mostovoi, quien nunca pudo encontrar un espacio para surtir de balones al flamante monarca de la Liga de Campeones de Europa, Dmitri Alenichev.Foto:AP y Reuters 13 de junio 2004.
publicada el 13 de junio de 2004