Una uña enterrada es puerta de entrada a microorganismos y, en consecuencia al desarrollo de infecciones. (ARCHIVO)
Según datos de la Secretaría de Salud mexicana, se estima que alrededor de 30% de los padecimientos de las uñas que presenta la población se debe a onicocriptosis, mejor conocida como uña enterrada, un problema que al no atenderse oportuna y adecuadamente, puede progresar y requerir tratamiento quirúrgico.
La onicocriptosis ocurre cuando la uña o plato ungueal se abre paso entre la piel del propio pliegue produciendo una herida y por consecuencia se inflama la zona generando aumento de volumen, dolor y enrojecimiento.
Este padecimiento es más frecuente en la adolescencia y el "dedo gordo" – llamado primer ortejo- del pie es el más afectado.
Una uña enterrada es puerta de entrada a microorganismos y, en consecuencia al desarrollo de infecciones, sobre todo si además la persona padece diabetes o deficiencias de circulación. Aunado a ello, si es atendida de manera inadecuada por personal no médico, el paciente puede desarrollar gangrena u osteomelitis (infección de hueso) dejando secuelas como la pérdida de ese tejido e incluso la amputación.
En algunos casos las uñas se encajan debido a que sufren deformaciones influenciadas por otros padecimientos que propician infecciones por hongos, bacterias o virus, o bien por los malos hábitos de las personas como el calzado mal ajustado, traumas físicos y, sobre todo, por cortar mucho las esquinas de las uñas.
Padecer una afección ungueal de esta naturaleza conlleva efectos negativos en la salud física de las personas como inflamación con dolor, dificultad para caminar, infecciones y posible nacimiento de heridas profundas.
La SSa recomienda siempre acudir con un dermatólogo para recibir el tratamiento adecuado y evitar consultar a personas no profesionales, ya que por lo general recurren a la extirpación de toda la uña y dejan sin caminar al paciente, además de que es muy doloroso.
Se sugiere evitar atenderse con podólogos debido a que no tienen el entrenamiento adecuado. Los procedimientos invasivos competen sólo al área médica para mayor seguridad.
Los dermatológicos efectúan una técnica llamada matrisectomía lateral, es decir, llegar a la raíz de la uña para extirparla o cauterizarla quitando toda la espícula o zona lateral enterrada. Este procedimiento se realiza en una sala específica, con material estéril y anestesia.
Si se logra acceder a la matriz unguial y destruirla el tratamiento es exitoso, pero en ocasiones estos procesos de enterramiento son repetitivos. Para disminuir la posibilidad, el paciente debe tener una higiene y utilizar una técnica adecuada de corte de uñas, pareja, cuadrada y sin curvas.
En onicocrptosis iniciales, el problema se corrige con técnicas de corte o elevación de espícula con instrumentos que levantan la parte final de la uña e impide que se entierre.
En el niño el mecanismo es diferente, la uña se entierra debido a que su pie es “regordete” y puede hacer un tejido sobrante o en exceso en las puntas o también por la utilización de calzado ajustado.
En general hay que realizar un corte de uñas cada tres semanas con material en buen estado y filoso como cortaúñas o tijeras de punta roma (no puntiagudas), el corte debe ser cuadrado y no curvo, no tratar de hacer procedimientos invasivos con legras, ganchos u otro instrumento para desprender tejido y secar bien los pies.
El calzado debe ser cómodo, amplio y con soporte suficiente, cambiarlo por lo menos cada 24 horas y evitar la automedicación con spray, gel y otros productos que prometen la curación en un día, lo mejor es acudir con el especialista.