Desarrollaron un dispositivo para ayudar en la programación de implantes cocleares que mejoran la capacidad auditiva a los pacientes neonatos y de corta edad. (ARCHIVO)
Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), desarrollaron un dispositivo para ayudar en la programación de implantes cocleares que mejoran la capacidad auditiva a los pacientes neonatos y de corta edad.
Un implante coclear es un dispositivo transductor de sonidos en energía eléctrica que permite a la persona tener sensaciones auditivas, explicó el maestro Juan Manuel Cornejo Cruz, en una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Este actúa sobre el nervio estatoacústico, que es el encargado de transmitir los impulsos auditivos al cerebro.
“El implante se coloca en el cráneo del paciente a través de una cirugía y posteriormente se activa. El médico especialista, mediante una guía que le otorga el fabricante del implante coclear, determina el nivel de estimulación eléctrica para lograr que el paciente perciba sensaciones auditivas”, dijo Cornejo Cruz.
Sin embargo, esta tarea se vuelve complicada cuando se trata de ayudar a niños de corta edad con problemas auditivos, ya que muchos de ellos no tienen experiencias previas que les indiquen qué es el sonido, y carecen de elementos de comunicación para informar cuando tienen una sensación auditiva.
Por lo anterior, el médico tiene que llevar a cabo métodos de programación subjetivos observando la conducta del paciente, porque encontrar un nivel de estimulación eléctrica adecuado es muy relativo.
El proyecto desarrollado en el Laboratorio de Audiología del área de Ingeniería Biomédica de la UAM Iztapalapa, busca subsanar dicha carencia en el campo de la medicina, mediante un nuevo dispositivo que registra la Respuesta Coclear Eléctrica (RCE) del paciente.
Esto, con el objetivo de programar de forma adecuada los niveles de estimulación eléctrica del implante coclear, para brindar una sensación de audición segura, útil, cómoda y libre de riesgos.
El dispositivo está conformado por un estimulador acústico, una consola receptora del electroencefalograma empleado para la obtención de la RCE y un software especializado.
“La RCE se obtiene con el paciente que tiene un implante coclear, y bajo sueño fisiológico y permite programar de manera óptima los niveles de estimulación eléctrica; además de evaluar cada uno de los electrodos que componen al implante, con el objetivo de saber si los niveles son los adecuados para conferir una sensación auditiva ideal para el niño.
“Actualmente, el número máximo de un electrodo en un implante es de 22; es una tarea ardua pero realizable”, expuso el investigador.
Este nuevo dispositivo es compatible con las cuatro marcas de implantes cocleares que ya existen. Además, la prueba planteada por el grupo de investigadores no es invasiva y no interfiere con el paciente ni con el dispositivo.
“Una vez que el paciente está dormido, se envían estímulos acústicos que generan una respuesta eléctrica a nivel de cuero cabelludo, es decir la RCE, la cual se analiza y clasifica”, detalló el especialista.
A partir de los datos analizados se determina el umbral de percepción y máximo confort del paciente, y los resultados se entregan al médico, quien es el responsable de programar el nivel de corriente eléctrica del implante que necesita el paciente.
Cornejo Cruz mencionó que los sonidos de la prueba se direccionan a cada uno de los electrodos en lo individual, de esta forma se puede establecer un criterio de si la estimulación que fijó el médico en el aparato es la conveniente.
“Esto es porque los fabricantes con frecuencia adaptan a los electrodos en grupos como una medida práctica y generalizada, y así calculan los valores de estimulación sin utilizar sonidos; es como una adaptación in vitro”, abundó.
En la actualidad se realizan pruebas del nuevo dispositivo en pacientes en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), en donde hay un prototipo del mismo y con este se recopila información para poder llevar la tecnología al médico.
“A futuro buscamos, a partir de la retroalimentación que obtengamos del INR, crear una versión para los médicos y mejorarlo para su uso en hospitales”, declaró.
El especialista añadió que esta nueva tecnología se encuentra en fase de prototipo preindustrial y está protegida bajo derechos de propiedad industrial en Alemania, Australia, Estados Unidos, Francia, México y Reino Unido, con la figura jurídica de patente.