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Las bondades del Sol se obtienen con una moderada exposición de 10 minutos por día, aproximadamente; más allá de eso, la piel puede alterarse.
El Sol tiene sus bondades pero tomarlo con exceso cuesta caro.
El Sol es fuente de vida. Gracias a él nuestro organismo puede sintetizar la vitamina D, absorber el calcio, mantener el equilibrio ecológico de nuestra piel eliminando bacterias y también nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo.
Las bondades del Sol se obtienen con una moderada exposición de 10 minutos por día, aproximadamente; más allá de eso, la piel puede alterarse y envejecer de forma prematura.
Una persona que durante su juventud se expuso sin protección a los rayos solares, puede parecer mayor porque su epidermis está deshidratada, manchada, arrugada y sensibilizada, porque la piel tiene memoria y el daño que se le hace se manifiesta con el tiempo.
De hecho, el bronceado no es más que un mecanismo de defensa de nuestra piel ante las exposiciones prolongadas al sol.
El contacto con los rayos solares desencadena que las células que producen melanina (un pigmento cuya función es protegernos dándonos una tonalidad oscura) la sinteticen en mayor cantidad. El resultado es que se oscurece y se vuelve más gruesa.
Los niños y el sol
La piel de los niños es extremadamente frágil, en especial antes de los tres años, también es inmadura y 3.5 veces más fina que la de los adultos, lo cual la hace más sensible a los efectos dañinos del sol.
Hay recomendaciones que se deben tener en cuenta desde los primeros meses de vida, porque está demostrado que el efecto del sol es acumulativo y es un factor de riesgo de cáncer de piel.
Los tejidos almacenan en su memoria las horas de exposición.
Los bebés requieren atenciones especiales porque su epidermis es más delicada, sensible y fina.
Hasta los seis meses de vida, no es aconsejable la exposición directa al Sol. Únicamente son necesarios de cinco a 10 minutos al día para asegurar la síntesis de vitamina D.
Durante las horas de mayor riesgo (de las 11 a las 15:00), lo mejor es que el bebé esté en casa, en un ambiente fresco y confortable.
Cuando el niño supera los seis meses de edad, se le debe proteger con bloqueadores específicos antes de exponerlo al sol. Hay que ser cuidadosos al elegir el protector porque algunos podrían irritarlo.
Las mismas precauciones deben ser llevadas a cabo en días nublados porque también se pueden producir daños.
Para los niños un poco mayores, el bloqueador solar que se utilice debe ser resistente al agua y la arena, porque ellos no tienen la costumbre de reaplicarlo.
Fotoprotectores
La fotoprotección y la fotoeducación son fundamentales para mejorar nuestra relación con el sol, así como prevenir enfermedades en el futuro cercano.
Esto implica el uso de una vestimenta adecuada y la utilización de fotoprotectores.
En el mercado hay una gran oferta de protectores solares, pero antes de elegir alguno, se debe observar que cumpla ciertos requisitos:
- Que contenga una molécula que proteja de los rayos UVA y UVB.
- Tenga textura agradable. Si es facial, de textura fluida; si es corporal, puede ser cremosa.
- Sea fotoestable, o sea, que actúe al menos, durante cuatro horas continuas.
- No sea comedogénico, es decir, que no provoque acné.
- Contenga tecnología antifallas, que no se altere con la gesticulación.
- Sea a prueba de agua y transpiración intensa, para el caso de los deportistas y niños.
En el mercado:
A) Corporal
Crème solaire confort brozange SFP 20, de Clarins. Crema untuosa, pero no grasa para un bronceado progresivo. Previene el daño prematuro, optimiza las defensas naturales. Humecta, nutre y suaviza.
B) Cara, cuello, escote y manos
Crema protectora SPF 30 pro-densidad, de la línea Capital Soleil, de Vichy. Refuerza la densidad cutánea y actúa sobre la producción de melanina, especial para pieles maduras delicadas, las cuales son más vulnerables al sol.
C) Para bebés
Lait solaire très haute protection SPF 50, de Mustela. Fotoestables, resistentes al agua y a la transpiración, que garantizan una protección reforzada de largo espectro contra los UVA y UVB. Su fórmula contiene sales de zinc, vitamina E, aloe vera y soya.
D) Para el cabello
Champú reparador, de la línea Soleil UV Défense Active, de Kérastase. Especial para cabello teñidos y sensibilizados. Su espuma abundante elimina los residuos de bronceador, arena, cloro, etcétera. Recostrye la superficie y estructura de la fibra capilar, dejándola flexible y suave.
E) Labios
Gloss protector SPF 15, de la línea Sôleil DNA Guard, de Lancôme. De espectro ultra-amplio para evitar las quemaduras solares y luchar contra el envejecimiento prematuro de esta delicada zona.
F) Para después de asolearte
Gel efecto helado, de la línea Sôleil Reconfort, de Lancôme. Ideal para calmar, reconfortar y refrescar la piel después de la exposición solar. Enriquecido con extracto de regaliz calmante y de melocotón para rehidratarla, además de vitaminas C y E.
G) Bronceado sin sol
Sunless Bronze, de la línea Sun by Me, de Cyzone. Loción autobronceadora para rostro y cuerpo con efecto gradual, natural, parejo y sin dejar manchas en la piel (ni en la ropa). Puede aplicarse las veces necesarias hasta lograr el tono deseado.
Tips para disfrutar del Sol
* Para un bronceado duradero, es recomendable hacer una exfoliación suave previamente.
* El bloqueador debe aplicarse 30 minutos antes de asolearse.
* Expandir el bloqueador por todo el cuerpo, aun debajo de la ropa, pues los rayos solares traspasan la tela.
* Reaplicar después de nadar.
* Evitar exponerse al Sol entre las 11 y las 15:00 horas.
* Tomar muchos líquidos para evitar deshidratarse.
* Después de la exposición al Sol, aplicar un producto que calme y rehidrate la piel.
* Nunca asolearse sin protección.