Caerse con frecuencia o tropezarse muy seguido podría ser señal de que los niños sufren debilidad muscular. INGIMAGE
Tropezar al caminar y caídas frecuentes entre los tres y los cinco años, especialmente en varones, son datos clínicos que pueden sugerir la presencia de debilidad muscular, afirmó el experto Luis Figuera Villanueva.
El especialista en Genética del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco explicó que médicamente catalogadas como distrofias, algunas de estas afecciones suelen tener un curso progresivo y mortal.
Al estar ligadas al cromosoma X, se transmiten de madres a hijos, siendo los varones quienes las desarrollarán por su constitución cromosómica XY, indicó el especialista, quien es jefe de la Clínica de Genética del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO), del Instituto en el estado.
Entre las 70 u 80 formas de distrofia muscular que existen, Figuera Villanueva señaló que la más severa es la llamada Síndrome de Duchenne de la que, a nivel local en dicho centro, se atienden seis niños en promedio anual.
Mencionó que se trata de niños de entre cinco y 10 años, que son enviados a análisis genéticos por el médico traumatólogo, el neurólogo, el pediatra e inclusive, por el médico familiar.
El médico añadió que un rasgo característico de la Enfermedad de Duchenne, es la pantorrilla gruesa del paciente debido a la infiltración de grasa en esa región anatómica que provoca que se fibrose y se agrande.
Dio a conocer que para diagnosticar la distrofia muscular y diferenciarla, existen pruebas relativamente sencillas que incluyen análisis clínicos, así como un examen físico en el que destaca recostar al niño boca-arriba y pedirle que se levante.
Generalmente logra sentarse, pero cuando trata de incorporarse sobre sus piernas, le cuesta trabajo y debe apoyarse sobre sus rodillas y ayudarse con los brazos para lograr ponerse de pie.
Una vez que se llega al diagnóstico, se inicia el tratamiento el cual consiste en terapia física, así como en la administración de antioxidantes, especialmente Vitamina E, debido a que ésta contrarresta la destrucción celular de los músculos propia de la enfermedad.
Eventualmente en el tratamiento se incluyen también esteroides con el fin de atacar la inflamación que deriva del daño muscular, pero éstos deben ser muy controlados dado que tienden a desencadenar efectos secundarios como la ganancia de peso, lo cual no es conveniente en este tipo de pacientes.
Resaltó que aunque se trata de una enfermedad progresiva y con un curso fatal, un abordaje temprano e integral como el que se describe, puede ayudar a retardar los efectos adversos de la distrofia y con ello, ofrecer una mejor calidad de vida al paciente.
