La conjuntivitis es una afección que puede ser bacteriana o irritativa, la cual se caracteriza por enrojecimiento del ojo aunado a una sensación de cuerpo extraño al interior del mismo. ARCHIVO
Polen, ácaros del polvo y demás factores propios del clima, aunado al uso de albercas comunes aumentan en al menos 30 por ciento las afecciones oftalmológicas durante el verano, informó el especialista del IMSS en Jalisco, Adrián Beltrán Martínez.
El doctor del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señaló que dichos factores provocan que el número de reacciones alérgicas aumente considerablemente sensibilizando al ojo y provocando una serie de padecimientos, entre las que destaca la conjuntivitis.
Explicó que la conjuntivitis es una afección que puede ser bacteriana o irritativa, la cual se caracteriza por enrojecimiento del ojo aunado a una sensación de cuerpo extraño al interior del mismo y destacó la importancia de diferenciar entre una u otra variante porque de ello dependerá el tratamiento.
En el caso de la conjuntivitis irritativa, el ardor y la sensación de cuerpo extraño se debe a agentes alergénicos en el ambiente que al ser detectados por el sistema inmunológico activa sus mecanismos de defensa inflamando la conjuntiva, una membrana transparente que cubre el globo ocular.
“En este caso no se necesita realizar ningún tratamiento medicado, pues se puede solucionar fácilmente con medidas preventivas, como utilizar gafas protectoras, evitar lugares con polvo o altamente contaminados y si el paciente usa lentes de contacto mantener las medidas de higiene correspondientes”, señaló Beltrán Martínez.
Advirtió que si el paciente presenta secreción en el ojo, aunado al enrojecimiento y sensación de cuerpo extraño, se trata de un cuadro de conjuntivitis bacteriana.
Dicha secreción puede ser acuosa durante los primeros días y convertirse en mucopurulenta (con moco y pus) con el progreso de la infección.
Informó que es importante que el paciente extreme sus medidas de higiene en caso de presentarse un cuadro de conjuntivitis bacteriana, pues su diseminación es muy fácil.
El experto indicó que las complicaciones de dicho cuadro bacteriano no son muy frecuentes, pero es importante acudir a su médico para su tratamiento adecuado y sobre todo evitar la automedicación.
Sugirió que además de seguir las recomendaciones básicas de lavado de manos, siempre utilizar protectores de ojos cuando se sumerge en una piscina y sobre todo evitar el abrir los ojos abajo del agua, pues a la larga puede debilitar las membranas oculares y hacerlas vulnerables a infecciones.