Un lagrimeo sin control no es señal de que falte lubricación en los ojos, sino de una epitelización del punto lagrimal, es decir, la aparición de una capa de piel en el punto lagrimal, que es el sistema de drenaje del ojo. (ARCHIVO)
El oftalmólogo Adrián Beltrán Martínez indicó que un lagrimeo sin control no es señal de que falte lubricación en los ojos, sino de una epitelización del punto lagrimal, es decir, la aparición de una capa de piel en el punto lagrimal, que es el sistema de drenaje del ojo.
El experto adscrito al Hospital General de Zona 14 del IMSS en Jalisco, comentó que esta afección es parte del proceso degenerativo del envejecimiento y de cada 10 adultos mayores, tres o cuatro la presentarán.
"Sin embargo, por la composición y ubicación del punto lagrimal, es decir, el drenaje del ojo, en personas más jóvenes, la epitelización del mismo ocurre como un mecanismo de defensa contra agresores externos", apuntó.
Señaló que al cubrirse dicho punto, se presenta un lagrimeo continuo que en términos médicos se denomina epífora, pese a lo cual, su hallazgo por lo general es circunstancial, cuando la persona acude al especialista por alguna otra causa como una retinopatía diabética, por ejemplo.
Afirmó que de ocho casos atendidos en un mes por epitelización de punto lagrimal, apenas tres acudieron por presentar el lagrimeo característico del padecimiento, como síntoma cardinal, aunque la mayoría lo hizo por otras afecciones y a la revisión se encontró este problema.
Destacó que la solución para esta enfermedad es quirúrgica, mediante un procedimiento conocido como puntoplastía, consistente en dilatar el punto lagrimal, abrir esa capa de epitelio formada ahí y cortar un poco el esfínter o anillo que rodea el lagrimal.
Precisó que cada ojo cuenta con dos puntos lagrimales, uno en la parte inferior y otro en la superior de cada párpado y las lágrimas están formadas "principalmente por tres componentes que son: agua, moco (mucosina) y grasa, además de enzimas, minerales y proteínas todo esto en segundo término".
Añadió que como todo en la vida, una buena alimentación es ideal, para una adecuada producción de lágrimas, las cuales mantienen lubricados los ojos y reducen con ello el ingreso de polvo y otros contaminantes que de otra manera pueden dañarlo.
Recomendó a la ciudadanía, sobre todo a adultos mayores, acudir a la revisión oftalmológica anual, hacer caso de cualquier producción excesiva de lágrimas sin motivo y no automedicarse.
