Han desarrollado una tecnología que facilita los procesos de toma, conservación y transporte de las muestras de sangre y hace los análisis más seguros y baratos. (ARCHIVO)
Científicos de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Moscú (MISiS), y de la Facultad de Química de la Universidad Estatal de Moscú, han desarrollado una tecnología que facilita los procesos de toma, conservación y transporte de las muestras de sangre y hace los análisis más seguros y baratos.
Para el transporte de la sangre y fluidos biológicos se usan hoy dos enfoques en la medicina tanto de humanos, como la veterinaria: se transportan las muestras líquidas o se preparan los extractos secos con el posterior restablecimiento en una solución.
Para trasladar las muestras líquidas se usan jeringas a tubo que deben transportarse y conservarse bajo condiciones especiales: se conservan a bajas temperaturas en contenedores, frecuentemente en forma congelada.
El tiempo de traslado suele ser limitado. En caso de una posible violación de las condiciones de transporte o conservación, en lo que se refiere a temperatura o tiempo, las propiedades de las muestras de sangre pueden cambiar y los resultados de análisis serán incorrectos.
Para el análisis también es posible usar una muestra seca. Para esto, varias gotas de la sangre se aplican sobre piezas especiales de celulosa y se procede a su secado.
El uso de este método es complicado, sobre todo, porque estas piezas de celulosa no se fabrican en Rusia. Además, para analizar la sustancia seca es necesario un equipo especial con mayor costo y que no está disponible en todas las clínicas.
"Debido a la estructura complicada de la celulosa, la sangre se distribuye por la pieza de forma irregular y se absorbe por la sustancia, lo que tergiversa mucho los resultados", destaca el colaborador de la cátedra de Nanosistemas Funcionales de MISiS, Alexandr Ósipov.
Sin embargo, los científicos rusos resolvieron el problema al sustituir la celulosa, con la que se fabrican las piezas para la toma de muestras, con una sustancia inorgánica porosa que contiene nanopartículas metálicas.
La composición del absorbente está diseñada para que la sangre se distribuya uniformemente, el grado de absorción sea mínimo y que en el proceso del lavado de las muestras de las respectivas piezas los componentes de la sangre se restablezcan casi por completo en la solución.
Con esta nueva sustancia, las muestras modificadas se secan casi dos veces más rápido, lo que acelera el proceso de preparación de muestras.
Otra ventaja de la nueva sustancia consiste en que para transportar la sangre no es necesario usar contenedores especiales, basta con un simple sobre de papel. El proceso de transporte se hace más fácil y barato en comparación con el uso de contenedores y vehículos especiales.
En MISiS destacaron que el costo de la propia pieza es unas cinco veces menor que el costo de las piezas de celulosa de fabricación industrial que se importan: 40 rublos (71 centésimos de dólar) contra 180 rublos (unos 3.2 dólares). En caso de que se empiecen a fabricar en masa el precio se reduciría.
Esta revolucionaria tecnología ya está patentada, por lo que ahora los diseñadores decidieron centrar su atención en la medicina veterinaria.
En esta área siempre surge la necesidad de llevar a cabo centenas de miles de análisis, mientras que en las granjas ganaderas, especialmente las ubicadas en las regiones lejanas, casi no hay condiciones para eso.
Los diseñadores esperan lanzar la fabricación en serie de recipientes para la toma de muestras de sangre hacia finales de 2017, tras finalizar las pruebas y trámites de certificación.