Un estudio de la Unicef reveló que la obesidad en niños y adolescentes afecta también la salud emocional. (ARCHIVO)
El sobrepeso y obesidad en niñas, niños y adolescentes, además de conllevar al desarrollo de enfermedades crónicas, afecta su salud emocional y contribuye a un impacto económico, indicó el representante de la Unicef en México, Christian Skoog.
En el marco del seminario "Sobrepeso, Obesidad y Diabetes: Efectos sobre la Competitividad del País", el miembro del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia explicó que dicha condición en los menores puede afectar su comportamiento y ánimo, lo que contribuye a problemas emocionales como depresión y estigmatización.
Además, apuntó, tiene complicaciones económicas importantes, pues de acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, los costos totales de la doble carga de malnutrición en relación al PIB representó 2.3 por ciento de este.
En tanto que, de acuerdo con las proyecciones, para 2078 la pérdida de productividad a causa del sobrepeso, obesidad y los padecimientos que desencadenan, alcanzará los 114 mil 800 millones de dólares tanto por ausentismo como por mortalidad.
"Los costos para el sistema de salud de enfermedades asociadas al sobrepeso y a la obesidad como diabetes tipo 2, hipertensión, etc, en 2014 alcanzaron 6.13 millones de dólares", refirió.
El sobrepeso y la obesidad en la población infantil, indicó, es una problemática que ha aumentado a pasos agigantados en México, pues de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, la prevalencia de estas en niños y niñas de entre cinco y 11 es de 35.6 por ciento, y de 12 a 19 años alcanza 38.4 por ciento.
En ese sentido, Christian Skoog reconoció los esfuerzos que ha realizado el gobierno mexicano como el nuevo etiquetado de advertencia en los productos ultraprocesados y el lanzamiento de la norma 051.
"Sin embargo, el sobrepeso y la obesidad no van a reducirse si no se toman medidas complementarias que aborden el problema de manera integral mediante acciones concretas", como empoderar tanto a los niños, niñas y adolescentes, como a sus familias para que demanden un mejor acceso a alimentos nutritivos.
Fomentar que productores y distribuidores de alimentos tengan incentivos adecuados, para que aquellos que sean nutritivos lleguen a toda la la población, y construir ambientes adecuados que reduzcan los entornos obesogénicos.