Vuelve la 'fiesta' de los muertos en Torreón. (ÉRICK SOTOMAYOR)
La Laguna retomó este año la celebración masiva del Día de Muertos en los panteones municipales y particulares, una tradición mexicana que privilegia el recuerdo sobre el olvido y que en 2020 se suspendió con motivo de la pandemia por el COVID-19.
Este martes 2 de noviembre los cementerios de Torreón, lucieron repletos y con una tónica distinta pues justo hace un año, cuando la ciudad comenzaba a vivir el mes más dramático en términos de víctimas mortales a causa del virus SARS-CoV-2. Noviembre de 2020, dejó un saldo de 301 personas que fallecieron a causa del coronavirus, triplicando la cifra de octubre que dejó 100 defunciones por dicha enfermedad.
"Barato, barato pero nomás por un rato. ¡Llévele, llévele, ahí están las flores baratas, escójale!", pregonaban los vendedores al exterior del Panteón Torreón enclavado en la colonia Santiago Ramírez.
Los ambulantes también ofertaron dulces de leche, cañas de azúcar, tamales, pan de muerto, flores naturales y artificiales, calaveritas de azúcar, frituras, gorditas, burritos, aguas frescas y embotellada. Mientras la familias caminaban -en algunos tramos aglomeradas- rumbo a la entrada del cementerio, sonaba al fondo la canción de “Mi último deseo” de la Banda Los Recoditos.
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Lo que para la gran mayoría de las personas sería una experiencia traumática, embalsamar es el pan de cada día para José JuanAl mediodía las y los laguneros avanzaban a prisa, sudorosos y cubriéndose de los intensos rayos del sol con sombreros, gorras y sombrillas. Sobre el bulevar Laguna Sur, había una gran cantidad de “viene vienes”. Menores de edad y personas adultas, algunos sin cubrebocas, se ofrecían a cuidar los vehículos y ayudaban a los conductores a estacionarse o a salir de su lugar a cambio de una propina.
En la entrada del camposanto, se aplicó gel antibacterial a los visitantes. Entraron sin problema niños y niñas así como jóvenes, personas adultas y de la tercera edad.
Al interior del Panteón Torreón había música norteña, ofrendas y flores en honor a quienes ya no están en el plano terrenal pero que según la tradición, en estas fechas regresan a casa para convivir con los vivos.
Había personas vendiendo agua para la limpieza de las lápidas. El costo era de entre 15 y 20 pesos por cubeta o manejaban una promoción de dos tinas por 50 pesos y el acarreo era a bordo de triciclos o a pie. Los músicos ofrecieron sus servicios y el costo de cada melodía era de 80 pesos.
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Por las restricciones, Juana María no pudo despedirse de José ÁngelPara esta celebración colorida y llena de simbolismos, la gente adornó las tumbas con flores, globos y alimentos además de que aprovecharon para retocar imágenes religiosas de la Virgen de Guadalupe, Divino Niño, Sagrado Corazón de Jesús y San Judas Tadeo, entre otras. Ya sea con música en vivo o con bocinas, no pudieron faltar las canciones de “Te vas Ángel mío”, “Amor Eterno” y “Un puño de tierra”, entre otras.
Hubo personas que rindieron tributo a sus fieles difuntos con rezos o simplemente contando anécdotas que vivieron con sus seres queridos y que despertó sentimientos de tristeza y felicidad.
La celebración multitudinaria por el Día de Muertos también se observó en los Panteones Municipales 1 y 2 así como en Jardines del Carmen y Jardines del Tiempo.