Alergias, su desarrollo y tratamiento
La contaminación, el polen, las famosas tolvaneras y otras cuestiones como la alimentación, e incluso la genética, son algunos de los principales motivos que ocasionan las alergias entre los laguneros.
Esta reacción del cuerpo puede evolucionar a una enfermedad alérgica luego de que el sistema inmunológico responda exageradamente ante estímulos que normalmente son o deben ser inocuos, explica el especialista en Alergia e Inmunología Clínica, Jesús Gerardo Allen Manzur.
“Las enfermedades alérgicas que más asociamos con este tipo de cosas son las alergias respiratorias como la rinitis alérgica y el asma. También hay alergias a alimentos, a medicamentos y a otro tipo de sustancias que pueden ocasionar problemas en la piel, como la conjuntivitis alérgica. Incluso otros sistemas se pueden ver afectados por la alergia”.
La rinitis alérgica, que es la más común entre los laguneros, consiste en síntomas principales que pueden orientar a que se trate de una alergia: la obstrucción nasal; la rinorrea, que es el escurrimiento nasal; los estornudos cuando se presentan de tres a cuatro veces seguidas y el prurito, que es la comezón.
Las dermatitis atópicas, que son enfermedades de la piel, también son muy comunes en la región y se presentan más en los niños. La comezón por sarpullido, principalmente en los pliegues de los codos, detrás de las rodillas, mejillas y cualquier parte del cuerpo, son los síntomas más comunes.
Sin embargo, hay otro tipo de alergias menos comunes, pero no menos importantes de atender, que con el tiempo pueden evolucionar. La rinitis alérgica con el paso del tiempo si no se controla puede evolucionar a asma. Esta enfermedad alérgica se manifiesta en el pulmón y la tos constante, el silbido o pillido en el pecho, así como la sensación de opresión torácica son algunos de sus síntomas.
“Las personas más vulnerables a la alergia son las personas que tienen familiares con alergia. Eso se llama atopia, que es la predisposición genética a desarrollar alergias. Cuando un niño tiene asma, tiene papás con asma o con dermatitis atópica, que tuvieron alergia alimentaria de chicos o alergia a fármacos, ese niño está en un riesgo incrementado de tener alergia y sí hay algunas medidas que podemos tomar para prevenirlo. El problema es que muchas personas están acostumbradas a los síntomas y no saben cuándo buscar atención especial”, explica el alergólogo.
EL TRATAMIENTO
Entre las medidas de prevención temprana de las alergias, la más importante es el consumo de leche materna durante la etapa lactante, ya que se reduce el riesgo de tener asma, alergia a alimentos y a medicamentos.
A su vez, introducir en la dieta del bebé alimentos alergénicos también ayuda a que su sistema inmunológico madure de manera adecuada, protegiendo al menor de esta reacción.
“La leche materna es un inmunomodulador muy potente y añadir estos alimentos que son más alergénicos ayuda a prevenir que sean niños o adultos con alergias. Antes se pensaba que introducir estos alimentos hasta los ocho, diez meses reducía el riesgo, pero se empezó a ver que al contrario, incrementan. Ahora los principales alimentos tratamos de introducirlos de los cuatro a los seis meses en cantidades pequeñas”, asegura el especialista.
La leche de vaca, el huevo, la nuez, el cacahuate, el trigo, los pescados y mariscos son algunos de estos alimentos recomendados.
Sin embargo, dependiendo la enfermedad alérgica que se manifieste en el cuerpo, es el tratamiento que el niño o adulto tendrán que llevar, que va desde antihistamínicos, inhaladores, cuidados particulares o hasta la vacuna contra la alergia.
“Nosotros como alergólogos tenemos la ventaja de que tenemos acceso a algo que otros médicos no tienen, que son las pruebas de alergia y la inmunoterapia con alérgeno, que popularmente se le conoce como vacuna contra la alergia, que básicamente consiste en que nosotros administramos el alérgeno al que tiene reacción el paciente y eso lo determinamos mediante unas pruebas de alergia”, comparte el especialista.
Este dispositivo con puntas de menos de un milímetro de largo se colocan en el alérgeno y luego en la piel del paciente se hace una punción para ver si provoca o no una reacción. Con el resultado, el alergólogo puede elaborar una vacuna sublingual o subcutánea que permite erradicar o disminuir la enfermedad alérgica.
“Esa es la gran ventaja que tenemos los alergólogos, que podemos hacer las pruebas de alergia y se tardan quince minutos. Inmediatamente después de ese tiempo podemos ver si son positivas, a qué alérgeno y así elaborar la vacuna. Tenemos la ventaja de que los efectos de la vacuna no son rápidos, pero sí de que aproximadamente a partir de los tres meses de que se inicie el tratamiento, podemos ver ya una mejoría”, asegura Allen Manzur, quien además expone la importancia de acudir con un alergólogo para tratar cualquier reacción que impida el bienestar integral.
“Normalizamos mucho los síntomas de las alergias y que pueden tener consecuencias, pero no debemos normalizar sentirnos mal, en cualquier aspecto. Tenemos que buscar la atención médica cuando algo nos impida tener una vida adecuada, porque ese es uno de los principales efectos que tienen las alergias, es que disminuye nuestra calidad de vida”