En América, alrededor del 28% de personas ha incrementado su presión arterial, según la OPS.
La sal es un condimento muy utilizado en las comidas para sazonar los alimentos. Sin embargo, el consumo excesivo de este ingrediente puede tener graves consecuencias para nuestra salud.
En México, el 85 por ciento de las personas adultas consume entre siete y nueve gramos de sal al día, según datos de la Secretaría de Salud. Este número es considerablemente alarmante si se toma en cuenta que la Organización Mundial de la Salud recomienda consumir menos de cinco gramos de sodio al día, entre otras sugerencias para cuidar la salud física
EL PELIGRO DEL EXCESO DE SAL
Uno de los más prominentes asociado a los problemas de salud es la hipertensión arterial, que a su vez aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Además, un alto consumo de sal también puede contribuir al desarrollo de enfermedades renales, osteoporosis y problemas circulatorios.
EVITAR LOS ALIMENTOS PROCESADOS
Una gran parte de la sal que consumimos proviene de alimentos procesados y comidas rápidas. Estos productos a menudo contienen altos niveles de sal para mejorar su sabor y prolongar su vida útil. Muchas veces, ni siquiera somos conscientes de la cantidad de sal que estamos consumiendo al ingerir estos alimentos. Leer las etiquetas nutricionales y optar por opciones más saludables y frescas puede ayudarnos a reducir nuestra ingesta de sal.
ALTERNATIVAS SALUDABLES
Afortunadamente, existen alternativas saludables para condimentar nuestros alimentos sin depender exclusivamente de la sal. Es posible utilizar hierbas y especias frescas, como el orégano, el romero o el perejil, para añadir sabor a nuestras comidas. Además, el uso de limón, vinagre balsámico o salsa de soja baja en sodio puede proporcionar un toque adicional a nuestros platos sin agregar grandes cantidades de sal.