(ADOBE STOCK)
Durante la etapa de aprendizaje en los menores, no es más inteligente quien más horas le invierte al estudio o hace actividades relacionadas con él. Influyen también otras cuestiones más simples como los espacios de descanso y la recreación tanto en la escuela como en la casa.
“Para los niños los momentos de recreación son aquellos en los que ellos pueden disfrutar cualquier cosa que a les gusta hacer, ya sea jugar, ir al parque, disfrutar un ratito ir con su familia o incluso ver una película”, comparte Liliana Aceves, psicóloga especializada en niños y con Maestría en Educación.
En su etapa de crecimiento, los niños necesitan descansar y desarrollarse en un ambiente donde tengan la oportunidad de hacer actividades que les gustan, independientemente de la obligaciones que tengan, ya sea en el aula escolar o en las actividades extracurriculares.
De lo contrario, el ánimo y desempeño del menor se puede ver mermado en corto o largo plazo.
“Si los niños siempre están llenos de obligaciones, empezamos a ver que después no disfrutan nada de lo que hacen, son bastante aprensivos y perfeccionistas. Se ve mucho cuando los niños están sobrecargados de actividades y no tienen tiempo para ellos, les empieza a costar lidiar con cierto tipo de sentimientos porque no tienen esa parte del descanso que necesitan”, explica Aceves.
Cada cierto tiempo, dependiendo de la edad del niño, este debería tener un tiempo de descanso. Entre más pequeño sea el niño, más cortos serán sus periodos de atención y necesitará más descansos.
“En las escuelas vemos que les dan un recreo de a lo mejor 30 minutos que no son suficientes. A lo mejor no podemos ponerle al niño un itinerario de que en cada hora tendrá una recreación, no, pero tampoco podemos pretender que el niño es un adulto y puede estar sentado y puede estar nada más pensando en la escuela y en los conocimientos todo el tiempo”, expone la especialista.
Ante esto, Liliana Aceves expone que los menores no necesariamente tienen que estar en recreo siempre. En su estadía en el aula, pueden tener alguna actividad o dinámica que les pueda servir de recreación, llevándola a cabo periódicamente para que el niño no se sature de actividades.
¿Cómo saber si el niño está saturado de actividades?
Es relativamente fácil identificar a un niño saturado de actividades y falto de momentos de recreación y descanso.
Por lo regular vemos niños frustrados, estresados o presentan mayor dificultad para resolver actividades que anteriormente no tenían problema de realizar.
“Los niños se vuelven un poquito más inquietos, y vemos que ya perdieron la atención, que ya están con otra cosa, que ya están jugando. Entonces tú ves que la mayoría de los niños no están prestando atención o les está costando más trabajo concentrarse. Ahí, con su comportamiento te están diciendo que necesitan un espacio”, asegura Liliana Aceves.
La comunicación en este caso también es muy importante para identificar el estado anímico del niño frente a las actividades de aprendizaje. Estas conversaciones pueden darse entre el adulto y el niño tanto en la escuela como en la casa.
“Puedes hablar con ellos y les puedes preguntar cómo se sienten, si están cansados, si les está costando hacer actividades, si no le entienden a algo y ellos solitos te va diciendo si les duele la cabeza, si ya se cansaron, si no le entienden, si ya se sienten hartos”, explica la psicóloga.
Por otra parte, los papás pueden hacer diversas actividades para que el menor avance en su desarrollo y sus espacios de aprendizaje sean de calidad. Desde jugar cartas, un juego de mesa, hasta actividades al aire libre que lo ayuden a dispersarse.
“A los niños casi cualquier cosa que hagas con ellos, les ayuda. Aunque tú pienses que es una cosa muy simple, a ellos les va a ayudar, dependiendo de la edad. Puede ser una actividad que ayude en su motricidad o en el desarrollo del lenguaje”.
Una recomendación a los papás
Evita saturar a tus hijos con actividades y sobre todo con actividades saliendo de la escuela. Ellos también necesitan su espacio y “necesitan ser niños”, como dice la psicóloga Liliana Aceves.
Es indispensable para ellos tener espacios donde jugar, estar en su ambiente y convivir con otros niños de su edad.
“Yo sé que a veces como papás, tenemos una rutina muy atareada y vamos acomodando a nuestros hijos con la escuela, las academias, la tarea, etc. Para nosotros es muy útil porque ahorita trabajamos mamás y papás y es una ayuda tener al niño haciendo más, sin embargo, en la escuela vemos niños muy cansados, que lloran, que se quedan dormidos, que están muy negativos, de no querer hacer nada, nada les gusta y todo eso también se va dando porque les falta espacio para ellos”, explica Aceves.