La familia con cáncer
Toda persona tiene una vida diaria, con sus momentos de tranquilidad y los momentos de ajetreo diario, con familia, amistades, trabajo y actividades de todos los días.
Y de pronto, un día algún miembro demuestra familia se siente un poco o muy mal físicamente. Se hace entonces los estudios y procedimientos correspondientes y viene la tan temida frase: tienes cáncer.
A cada persona la frase le llega de distinta manera, a algunos les da miedo, a otros esperanza de un nuevo renacer. Como familia la preocupación de que un miembro pueda morir, la manera en que se le va a cuida, los costos, son muchas cosas las que pasan por su cabeza, por lo que se vuelve difícil trazar un plan de acción.
Por lo regular se piensa que la parte más afectada es la persona enferma, pero nadie piensa en ese esposo, esa esposa, esos compañeros de vida, esos padres, hijos, hermanos, amigos, amigos de escuela o de trabajo, a todos ellos también les pasa algo, con esa frase también su vida cambiará de la noche a la mañana, se viene una etapa de cuidados, gastos, emociones encontradas, nuevos roles y una constante angustia de saber si se va a recuperar, si quedarán secuelas o si morirá.
En este proceso tan complejo, aunque parezca imposible lo primero es “frenar”, pensar en la claridad del diagnóstico, el tratamiento y reacomodar los roles y la familia, pues visto desde otro ángulo, la familia también está enferma.
Dejaré aquí algunas recomendaciones que ayudarán a la familia con cáncer. Por más difícil que sea podemos encontrar ganancias dentro de las pérdidas:
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En cuanto haya algún síntoma de salud acudir al especialista. De ser necesario se canalizará al área de oncología.
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Cuando ya se tiene un diagnóstico, acudir con el oncólogo acompañado de alguien para recibir el diagnóstico preciso. La razón para ir acompañado es que dos cabezas, cuatro oídos y cuatro ojos reciben la información.
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Compartir la información con la familia y la red de apoyo (nadie es culpable, evitar pelear es momento de portar coherencia, escucha y estrategia con amor).
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Ayudar al paciente a tomar las decisiones necesarias, brindando la ayuda que es posible dar (tiempo, dinero, atención médica, acompañamiento, limpieza, comida, tiempos de cuidados etc).
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Asignar un rol con consultas, tratamiento y cuidados asignando cuidadores o acompañantes (toda ayuda es buena y necesaria; el tratamiento no será rápido y al principio hay muchas ayuda pero es natural que se vayan cansando los miembros del equipo).
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Brindar la ayuda como el paciente lo necesite no como uno lo quiera dar.
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Brindar acompañamiento terapéutico al paciente.
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Como familiar, apoyo y equipo de cuidadores tratarse emocionalmente. También viven cosas difíciles, también necesita ayuda, apoyo, acompañamiento, descanso, momentos de alegría.
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Hablar lo que se necesite hablar.
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Dentro de lo posible reconstruir los vínculos afectivos.
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Celebrar cada logro por pequeño que sea y tomar con madurez y amor si la enfermedad avanza y aprovechar el tiempo de vida.
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Disfrutar el tiempo en vez de discutir.
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Amarse como familia el tiempo que puedan hacerlo.
De esta manera el proceso del cáncer traerá unión, amor, crecimiento a la familia, que si bien es una experiencia dura y muy dolorosa también puede ser un proceso de acompañamiento apoyo, ayuda y amor.