¿La fruta deshidratada es saludable?
En los últimos años, la fruta deshidratada ha ganado popularidad debido a que es catalogada como un snack práctico con efecto saciante. Sin embargo, ¿realmente es saludable?
Tal como indica el Centro Europeo de Postgrado (CEUPE), la deshidratación es un procedimiento para conservar los alimentos el cual elimina la totalidad de agua libre de estos. De esta forma, se impide la actividad microbiana y al mismo tiempo reduce la actividad enzimática.
La diferencia entre frutas frescas y deshidratas radica en el nivel de agua más no de manera significativa en el nivel de nutrientes. Las primeras poseen de 70 a 85 por ciento de agua mientras que las segundas de 14 a 20 por ciento.
El especialista Manuel Moñino, vicepresidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Diestistas-Nutricionistas refiere para CuídatePlus que la fruta deshidratada sí es saludable en cantidades medidas y sin azúcar añadida, sal ni grasas que puedan dañar la salud.
Cuidado con la concentración de azúcares
Su contenido nutrimental es similar al de las frutas frescas aunque más concentrado. La vitaminas hidrosolubles como la vitamina C se reducen casi en su totalidad, menciona Moñino, no obstante, el resto de nutrientes se conservan bien.
Son ricas en fibra y beta-carotenos por su poca cantidad de agua. También poseen más cantidad de azúcares naturales, es decir, propios de las frutas.
Respecto a lo anterior, una combinación de antioxidantes, sorbitol y fibra, contrarresta las altas cantidades de azúcar de estos alimentos. Esto de acuerdo con la Asociación Diabetes Madrid.
Sin embargo, aportan mayor cantidad de calorías que la fruta fresca. “La concentración de nutrientes y azúcares logra que cien gramos de fruta deshidratada tenga cuatro veces más energía que cien gramos de la misma fruta seca”, señala Manuel.
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Según los ingredientes que incluyas puedes añadir propiedades beneficiosas concretas¿Cómo consumirla?
Es importante tener presente que no sustituyen a la fruta fresca. La ración recomendada es de 25 a 50 gramos, ya que si se aumenta su consumo se corre el riesgo de consumir más calorías de las necesarias. Todo dependerá del nivel de actividad física y los objetivos a lograr.
Puede usarse como tentempié a media mañana o merienda siempre y cuando no tenga azúcar añadida, sal o grasas.
Lori Zanini, nutrióloga colaboradora con CNN indica que frutas deshidratadas como los arándanos suelen tener azúcar añadida, por lo que se debe tomar en cuenta la información nutrimental antes de consumirlos.
Son útiles para complementar el desayuno antes de un entrenamiento puesto que aportan energía de forma inmediata.
María del Mar Montesinos Chacón, nutricionista y coordinadora del Servicio de Nutrición de Nutripharma y farmacéutica en Almería, aconseja limitar su consumo durante la cena por la cantidad de energía extra que no se utilizará y que, por lo tanto, el organismo la almacenará en depósitos de grasa. El resultado será aumento de peso.
En el caso de las personas con diabetes se recomienda el consumo de una porción que aporte 15 gramos de carbohidratos, que corresponde a dos cucharadas soperas de fruta deshidratada.
Para las personas con asma o sensibles a los sulfitos, Zanini precisa que se deben elegir marcas orgánicas o frutas deshidratadas que no contengan el conservador de dióxido de azufre.