La piel y el cáncer
El cáncer de piel es el crecimiento anormal de las células de la piel. Suele desarrollarse en la piel expuesta al sol, pero esta forma frecuente de cáncer también puede ocurrir en zonas que normalmente no están expuestas.
1. Conoce los tipos
Melanoma. Se forma en los melanocitos (células de la piel que producen pigmento).
Carcinoma de células basales. Se forma en la parte interior de la epidermis (la capa más externa de la piel).
Carcinoma de células escamosas. Se forma en las células escamosas (células planas que forman la superficie de la piel).
Carcinoma neuroendocrino. Se forma en las células neuroendocrinas (células que liberan hormonas en respuesta a una señal del sistema nervioso).
2. El melanoma
Uno de los tipos más peligrosos de cáncer de piel es el melanoma, se corre más riesgo de desarrollar si tienes:
- Lunares poco usuales (lunares que cambian de color, que no crecen de manera uniforme o que cambian de textura).
- Una gran cantidad de lunares (más de 50).
- Un historial familiar de melanoma o de lunares poco usuales.
- Piel clara que se quema con facilidad.
- Una historia personal de haber sufrido muchas quemaduras de sol con formación de ampollas, especialmente durante la niñez o la adolescencia.
3. ¿Por qué proteger la piel?
Proteger la piel ahora puede ayudarte a prevenir el cáncer de piel más adelante en tu vida. La mayoría de los casos de cáncer de piel se presentan más tarde en la vida, pero el daño que el sol produce en la piel puede comenzar desde la infancia.
Tomar medidas para evitar el cáncer de piel también puede ayudarte a prevenir: las arrugas, las manchas y otras lesiones de la piel y los ojos.
4. Prevenir los daños de la radiación solar
La prevención del cáncer consiste en las medidas que se toman para reducir la probabilidad de enfermar de cáncer. Con la prevención del cáncer se reduce el número de casos nuevos en un grupo o población. Se espera que esto reduzca el número de muertes causadas por cáncer.
5. ¿Qué hacer durante el día?
Al realizar actividades al aire libre hay que buscar siempre la sombra y limitar la toma del sol en verano durante las horas centrales del día, de 12:00 a 16:00 horas.
Utilizar ropa que cubra.
Las prendas de manga larga, los sombreros de ala ancha y las gorras ayudan a proteger la piel. También se aconseja usar gafas con cristales que contengan filtros ultravioletas.
6. La luz artificial
No usar lámparas ni cabinas de bronceado, es una recomendación entre los especialistas, por las quemaduras que puede provocar.
7. Protección solar
Una protección solar adecuada durante los primeros 15 años de vida reduce el riesgo de cáncer de piel en un 70 por ciento. Por este motivo, es preciso extremar las medidas en niños y jóvenes. Esta crema debe usarse todo el año.
Los dermatólogos recomiendan usar fotoprotectores a diario, incluso en los días nublados, con un factor superior a 30 y que actúen contra la radiación UVA y UVB.
¿Cuándo aplicarlos? Media hora antes de exponerse al sol, reponiéndolo cada dos horas o más si mojamos la piel o existe sudoración excesiva.
8. ¿Qué hacer con los bebés?
En los menores de cinco meses no se puede utilizar ningún tipo de crema solar. Para minimizar los efectos del sol en los más pequeños son imprescindibles los protectores físicos como la ropa, los gorros y las sombrillas.
9. La vitamina D
La absorción de este nutriente está directamente relacionada con la exposición solar. Desde la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología) recuerdan que el uso de fotoprotectores de forma regular no impide sintetizar la cantidad suficiente de vitamina D.
10. Autoexploración
Conviene revisar la piel una vez al mes para observar si aparecen nuevos lunares o si existen cambios en los localizados previamente. Hacer fotografías es útil para comparar su evolución.
11. Acudir al dermatólogo
Para saber cuando es necesario ir a un especialista, existe la regla ABCDE: lunares con asimetría, bordes irregulares, distintos colores en una misma lesión, manchas con un diámetro grande y evolución rápida.
Las personas con un mayor riesgo por antecedentes familiares, un gran número de lunares, piel clara, un historial de quemaduras solares o alteraciones en el sistema inmunitario deben asistir a la consulta del dermatólogo una vez al año.