¿Por qué consumir cereales de grano entero?
Mantenerse saludable ayuda a disfrutar de una buena calidad de vida en virtud de que propicia el funcionamiento adecuado del organismo y evita la malnutrición que puede ser ventana de enfermedades. Las guías de alimentación nutricional promueven una alimentación equilibrada y saludable, si se ponen en práctica podrían mejorar la salud.
Según un artículo de SciELO Analytics, diversos estudios indican que su consumo es insuficiente, lo que repercute a nivel nutricional y sanitario. Si formaran parte de la dieta cotidiana, se alcanzaría con mayor facilidad el número diario de nutrientes requeridos para el organismo.
¿Cuáles son?
Los cereales de grano entero son aquellos que conservan las tres partes que los componen: el salvado, endospermo y germen. No son procesados ni refinados, por lo que conservan su forma original. Se incluyen los siguientes: arroz, trigo, cebada, centeno, maíz, sorgo, mijo, teff, triticale, alpiste, lágrimas de Job y fonio.
Beneficios
Al menos el 70 por ciento de la población mexicana padece sobrepeso y una tercera parte sufre obesidad de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud. El consumo habitual de cereales está relacionado con efectos positivos en tratamientos contra la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer. Se recomienda incluir al menos tres raciones diarias que comprenden de 30 a 40 gramos de pan o arroz integral y cualquier otro cereal entero sin cocer.
Los cereales de grano son alimentos ricos en fibra vitaminas, minerales, hidratos de carbono y proteínas y poseen un bajo aporte de grasa. Además, se incluyen los siguientes beneficios:
- Generan sensación de saciedad y disminuyen el deseo de comer, por lo que resulta beneficioso para disminuir el riesgo de sobrepeso u obesidad.
- Hay menor incidencia de diabetes en consumidores de cereales debido a sus factores nutrimentales.
- Protegen ante el padecimiento de enfermedad coronaria debido a que reduce hasta en un 22 por ciento el riesgo de sufrirla.
- Se asocian con la reducción del riesgo de mortalidad por cáncer. Estudios observacionales incluidos en el artículo de la revista señalan que disminuye el riesgo de 6 hasta 12 por ciento.