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¿Qué hacer para tener un embarazo saludable?

Las acciones comienzan desde antes de concebir

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EL UNIVERSAL

El embarazo no solo viene acompañado de mucha felicidad, sino también de una serie de dudas y cambios. Para algunas mujeres, puede llegar a ser un poco abrumador debido a tanta información y cuidados que deben tener para garantizar tanto su propia salud como la del bebé que viene en camino.

Para vivir esta etapa lo más feliz posible, especialistas comparten algunos hábitos a seguir, los cuales comprenden desde la parte médica hasta las prácticas que deben llevarse a cabo en el hogar para asegurarse de que el bebé goce de un buen estado de salud desde su gestación.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) define el control prenatal como un conjunto de acciones que involucran una serie de visitas al consultorio médico con el fin de vigilar la evolución del embarazo, detectar tempranamente cualquier riesgo, prevenir complicaciones, así como preparar a la futura madre para el parto y la crianza. "No hay que esperar a estar embarazadas para llevar a cabo este control. De hecho, lo ideal es que, meses antes de planear tener un hijo, se realicen diferentes exámenes para conocer si se tiene anemia, problemas en los componentes de lípidos o infecciones en vías urinarias".

"También se aconseja hacerse un ultrasonido ginecológico para saber si su útero u ovarios se encuentran en condiciones óptimas. Por otro lado, las mexicanas tenemos deficiencia en la absorción del ácido fólico, por lo que es aconsejable empezar a consumirlo desde tres meses antes de embarazarse", señala Ariadna Martínez Rivas, directora médica de la Fundación Luis Pasteur.

Durante la gestación, es más importante que nunca seguir una dieta saludable.

"La alimentación varía de acuerdo con la etapa del embarazo. Por ejemplo, en el primer trimestre, algunas mujeres pueden presentar náuseas o intolerancia a los alimentos, por lo que su comida debe fraccionarse en quintos. Aunque la cantidad consumida es menor, deben incluirse productos de todos los grupos. En general, hay que evitar el consumo elevado de azúcar, así como no excederse con la ingesta de los carbohidratos o lácteos".

"El peso máximo ideal que deben adquirir a lo largo de los nueves meses es de 12 kilos. Aquello de 'comer por dos' no solo es falso, sino que aumenta el riesgo de padecer diabetes gestacional, hipertensión u obesidad", señala la especialista Ariadna Martínez Rivas. Además de optar por frutas y verduras, es conveniente elegir granos integrales y productos con bajo contenido de grasas para asegurar el desarrollo adecuado del feto y que éste reciba todos los nutrientes.

La mayoría de las mujeres puede continuar haciendo deporte a lo largo del embarazo. "La actividad física debe estar implícita, principalmente para quienes siempre la han realizado. Si tienes en mente iniciar un nuevo ejercicio, este periodo no es el mejor momento para hacerlo", recomienda Álvaro Peña Jiménez, integrante del equipo médico de EMA Clínica Integral de la Mujer.

Aun cuando hay que mantener la práctica de deporte, las embarazadas no deben esforzarse más de la cuenta.

Ejercitarse de manera regular puede ayudar a sentirse mejor, a conciliar el sueño más fácilmente, así como a preparar el cuerpo para el parto, ya que sus condiciones musculares van a ser mejores de quienes son sedentarias.

Caminar, bailar o practicar yoga o pilates figuran entre las actividades sugeridas por especialistas. La natación, por ejemplo, es de bajo impacto y ayuda a tonificar la musculatura. Deportes como futbol, basquetbol o esquí deben evitarse porque te exponen a caídas y traumatismos.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) sugieren comenzar o continuar la ingesta de, al menos, 400 microgramos de ácido fólico de manera diaria, para reducir el riesgo de que el bebé tenga defectos en el tubo neural. Productos como pan, cereales, pasta y otros alimentos a base de granos suelen estar fortificados con esta vitamina.

"Es necesario tomar tanto ácido fólico como hierro, ya que las embarazadas tienden a padecer anemia. Es conveniente tomarlos durante toda la gestación y, a veces, hasta tres o seis meses después del parto, a menos de que tengan intolerancia. Conforme pasan los meses, deben incluir también complementos de las vitaminas B y E".

Por ningún motivo, las mujeres deben automedicarse, pues hay suplementos contraindicados en el embarazo. La supervisión de un profesional es indispensable", subraya Ariadna Martínez Rivas. Las proteínas, asimismo, son necesarias en este periodo, y se obtienen de carnes magras, huevos, frijoles, entre otros alimentos.

Dormir lo suficiente cada noche se traduce en una mejor salud. Y si bien durante el embarazo el cuerpo necesita más horas de sueño, conciliarlo puede ser más difícil. "Las hormonas se elevan durante el primer trimestre, por lo que las mujeres sentirán más cansancio, ganas de dormir, incluso más estrés o ansiedad", indica la especialista en ginecología y obstetricia Ariadna Martínez Rivas.

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Para conseguir un descanso reparador, establece una rutina de relajación al final del día; por ejemplo, darte un baño con agua tibia, leer por un rato o practicar un poco de yoga o meditación. Por ningún motivo tomes ningún fármaco para conciliar el sueño, ya sea natural o medicinal, ya que puede tener algún efecto contraindicado en el feto. Una posición recomendada para dormir mejor es acostarte sobre el lado izquierdo y con las rodillas dobladas. También debes asegurarte de tener almohadas que brinden el soporte adecuado a la cabeza y que puedas utilizar para poner debajo de la parte superior de la pierna.

Durante el embarazo, deben evitarse algunos alimentos, productos e incluso actividades que puedan poner en riesgo el desarrollo adecuado del feto. "Sobre todo en el primer trimestre, hay que limitar el consumo de café y té verde, pues la cafeína contenida puede causar que las venas y arterias se colapsen, y eso puede provocar una pérdida del embarazo", indica el especialista en ginecología y obstetricia Álvaro Peña Jiménez.

Consumir drogas, fármacos, alcohol o cigarro puede aumentar el riesgo de que el bebé tenga problemas como trastornos del espectro alcohólico fetal o síndrome de muerte súbita del lactante. Fumar marihuana o ingerir otras drogas duplica o incluso triplica el peligro de muerte fetal después de 20 semanas de gestación.

De igual manera, las embarazadas no deben levantar cosas pesadas, permanecer sentadas por más de 30 minutos sin tomar descanso, sumergirse en tinas con agua excesivamente caliente, exponerse a aerosoles contra insectos ni viajar a lugares que impliquen un riesgo sanitario.

Además de las revisiones médicas periódicas, las embarazadas deben procurar una serie de cuidados en el hogar, mismos que les permitan disfrutar cómoda y seguramente de esta etapa. Se les recomienda utilizar prendas holgadas que no compriman, así como evitar los zapatos de tacón alto, dado que las mujeres tienen una rectificación de la columna, propia de la gestación. Es mejor usar medias de compresión o tobimedias que ayuden a la circulación. "No deben desatender la piel del abdomen. Por el crecimiento del producto, es normal que ésta se estire y ocasione estrías, por lo que el uso de cremas especiales contribuye a mejorar la calidad de la piel", menciona la directora médica de la Fundación Luis Pasteur.

El consumo suficiente de agua resulta clave, sobre todo en los primeros tres meses, para evitar la deshidratación. Expertos consideran que debe beberse entre medio y un litro de agua adicional durante el embarazo. Es mejor preferir agua natural en lugar de jugos, tés o bebidas azucaradas.

Mantener bajo control la tensión permite disfrutar más la gestación. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, los altos niveles de estrés pueden causar presión arterial alta, misma que aumenta las probabilidades de tener trabajo de parto prematuro o un bebé con bajo peso al nacer.

Para relajarte todos los días, prueba algunas técnicas de respiración (ya sea profunda, abdominal o completa) por espacio de 10 a 15 minutos. Hacer caminatas en un parque o área natural cercana no solo ayuda a despejar la mente de los problemas cotidianos, sino también a mejorar la condición física.

"Escuchar música clásica puede ayudar a disminuir los niveles de estrés, así como llevar a cabo actividades recreativas, tales como leer o salir de casa."

"Es común que las embarazadas generen mucha tensión al pensar si el bebé se encuentra bien o va a nacer completamente sano", asegura la especialista Ariadna Martínez Rivas.

"La antigua norma mexicana marcaba que las embarazadas debían tener, al menos, cinco visitas al doctor durante la gestación. No obstante, un control regular exige que, antes de las 34 semanas, la mujer debe acudir por lo menos una vez cada 30 días con el especialista", comparte Álvaro Peña Jiménez.

Visitar con regularidad al médico es primordial no solo para evaluar el estado de salud tanto de la madre como del producto, sino también para detectar la existencia de posibles factores de riesgo. Por ejemplo, cualquier sangrado debe ser atendido de inmediato ya que representa un dato de alarma.

El doctor va a recomendar, por lo general, la realización de estudios de laboratorio para evaluar la condición de la madre. Entre éstos puede incluir una biometría hemática, química de al menos seis elementos y examen general de orina.

"El ultrasonido obstétrico debe realizarse una vez que la mujer se sabe embarazada. Luego, puede hacerse cada 30 días o tres meses, según determine el profesional", explica Ariadna Martínez Rivas.

Las clases de preparación para el parto han cobrado relevancia en los últimos años. En primer lugar, son una opción conveniente para resolver diferentes dudas en torno al alumbramiento. De igual manera, ayudan de manera indirecta a que la madre se responsabilice de su propia salud y la del bebé, al modificar algunos hábitos de alimentación o actividad física.

En estas sesiones pueden aprender distintas técnicas de relajación, respiración y control muscular que son necesarias para el momento del nacimiento. En caso de estar acompañada por la pareja, se le enseña cómo apoyar antes y durante el trabajo de parto, además de que se le involucra más en todo el proceso.

De igual manera, las clases permiten socializar con otras madres o parejas en espera del bebé, lo que da un respiro a toda la tensión. Por lo general, las sesiones duran de seis a ocho semanas, y se componen de una parte teórica, práctica y, en ocasiones, psicológica. Lo ideal es tomarlas en algún centro cercano a tu casa para no dejar de asistir.

¡Atiende las señales!

Algunos datos de alarma obstétrica son:

  • Si antes de las 20 semanas se presenta sangrado o manchado, hay un riesgo considerable de interrupción o aborto en evolución.
  • Cuando después de las 20 semanas el bebé no tiene ningún movimiento.
  • Si la embarazada presenta dolor de cabeza, ve lucecitas, escucha zumbidos o tiene los pies hinchados, son indicadores de que la presión arterial se está elevando.
  • Tener mucha sed o ansiedad por comer pueden ser señales de un incremento en la glucosa.
  • Cuando en los embarazos de menos de 37 semanas se presentan dolores de parto.

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