El cuerpo es reflejo de las emociones
Dado los estilos de vida actuales, la mayoría de las personas están sujetas a cierto grado de estrés en su día a día, y quienes lo experimentan pueden padecer sintomatología física.
Si bien herpes zoster, también conocido como sarpullido por estrés o culebrilla, se puede presentar de forma aislada a un número indeterminado de personas y su impacto en la salud puede ser mínimo, existe probabilidad de que afecte en cierta medida la cotidianidad de las acciones de quien lo padece.
¿De qué se está hablando?
De acuerdo con los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), las personas que padecen la sintomatología de un sarpullido pueden presentar dolor, picazón o cosquilleo en el área afectada.
Esto puede suceder varios días antes de que aparezcan las primeras erupciones cutáneas. Los pacientes también pueden tener fiebre antes de que aparezca el sarpullido, así como dolores estomacales.
Siguiendo siempre a los CDC, el sarpullido o culebrilla se presenta con mayor frecuencia en una sola franja alrededor del lado izquierdo o derecho del cuerpo. También se pueden dar erupciones en la cara.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) detalla que cuando una persona padeció varicela, principalmente en la infancia, el virus queda alojado en el tejido del sistema nervioso, y cuando las defensas bajan se entra en un estado de inmunosupresión, lo que provoca la aparición del herpes zoster.
Cabe recalcar que el herpes zoster también se puede presentar con personas que padecen enfermedades como insuficiencia renal crónica, virus de insuficiencia humana, cáncer (o que estén en tratamiento de quimioterapia), diabetes o hipertensión, así como infecciones mal atendidas que debilitan el sistema inmunológico y lo dejan vulnerable, debido a que el cuerpo se encuentra sujeto a niveles de estrés porque la fatiga crónica, el cansancio extremo o la ansiedad, son condiciones que van minando el sistema inmunológico.
Tratamiento
El tratamiento contra el herpes zoster, con una eficacia del 90 por ciento es la vacuna recombinante con adyuvante.
Los CDC recomiendan dos dosis de la vacuna recombinante contra el herpes zóster (RZV, Shingrix) para prevenir la culebrilla y sus complicaciones en adultos de 50 años o más.
Asimismo, recomiendan la vacuna Shingrix para adultos de 19 años o más que tengan el sistema inmunitario comprometido a causa de una enfermedad o terapia.
Cabe señalar que las personas que están vacunadas aún tienen la posibilidad de presentar herpes zoster. Sin embargo, la duración y su intensidad se verán mermados por lo efectos del biológico aplicado.
De igual forma, los analgésicos pueden ayudar a mitigar el dolor. Una toalla fría, loción de calamina y baños de avena pueden ayudar a aliviar parte de la picazón, sin embargo la valoración médica es esencial para poder tener una atención adecuada y tratamiento seguro en contra de dicho padecimiento.
Sin embargo, la primera recomendación es siempre asistir con un profesional en dermatología, que puede dar soluciones u orientar al paciente a que, si su problema es otro, acuda con otro especialista en salud.