¿Cómo el entrenamiento de baja intensidad puede cambiar el cuerpo?
Los ejercicios como correr, saltar la cuerda o natación, son reconocidos por ayudar a la prevención de enfermedades, como hipertensión, cardiopatías, diabetes tipo 2 e, incluso, padecimientos mentales. Pero hay una creencia errónea: “entre mayor sea la intensidad de los ejercicios mayor es el beneficio”.
Se ha descubierto recientemente que los ejercicios tanto bajos como moderados, como el ciclismo moderado o trotar, pueden ser mejores para la salud, además de ayudar a obtener mayor resistencia.
Pueden mejorar la capacidad del cuerpo para generar energía través de grasas y azucares. A falta de esta función el cuerpo puede llegar a presentar enfermedades como la diabetes tipo 2.
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La intensidad que se realiza de ejercicio se divide en cinco zonas de frecuencia cardiaca. El ejercicio de baja intensidad se sitúa en el 60 y 70 por ciento de la frecuencia cardiaca, la recomendación diaria, según médicos.
Beneficios de ejercitarse
Entrenar el cuerpo para que sea metabólicamente flexible puede ayudar a que tome las grasas consumidas como fuente de energía. De esta manera, no se necesitará medir el nivel de azúcar.
En caso de padecer diabetes tipo 2, estos ejercicios pueden ayudar a reducir los niveles de glucosa en el cuerpo.
La actividad física se suma a los hábitos saludables que mejoran la condición de salud y la calidad de vida.