Los beneficios de tener una mascota para la salud mental

Además del rato agradable que se puede pasar en compañía de una mascota, éstas pueden ayudar a mejorar la salud mental. Desde disminuir el estrés, mejorar la salud del corazón, hasta favorecer las habilidades sociales y emocionales de los menores de edad, según la American Psychological Association (APA).

Esta asociación ha destacado investigaciones que muestran que la presencia de una mascota puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumentar la producción de serotonina y oxitocina, que son neurotransmisores asociados a la felicidad y al bienestar. Esto se debe, en gran parte, a la interacción física y emocional que se establece entre los humanos y sus mascotas, lo cual favorece la relajación y la sensación de seguridad.

Los perros, por ejemplo, son conocidos por su capacidad para detectar el estado emocional de sus dueños y responder de manera afable. Acariciar a un perro o gato, o incluso simplemente pasar tiempo con ellos, ha demostrado disminuir la ansiedad y ayudar a las personas a manejar el estrés. De hecho, algunos estudios indican que las personas que tienen mascotas experimentan menos soledad y se sienten más conectadas con su entorno social.

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Beneficios para la higiene mental

Algunos animales como los perros y gatos pueden servir como una distracción efectiva de pensamientos negativos. Hechos como acariciarlos o pasearlos proporcionan momentos de calma, reduciendo la tensión emocional y física. Además, las rutinas diarias que exigen el cuidado de una mascota, como alimentarlos o pasearlos, pueden ofrecer una estructura que ayuda a las personas a sentirse más centradas en su contexto y menos ansiosas.

La psicóloga Teresa Terol habla de la relación humano-perro en específico, ya que “es la mascota que más comúnmente está en casa”.

Para la especialista, la empatía y sensibilidad de los canes hacia los humanos es lo destacable.

“El perro cumple unas funciones de empatía enormes. Se sabe que tiene una sensibilidad y una conexión con el ser humano mucho más allá de lo que podemos entender, y aquí se aplica a campos del cerebro que verdaderamente se activan cuando estamos a lado de un perro. Por eso existen los perros de ayuda”, asegura.

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Evitar el uso de pirotecnia es cuidar a las mascotas.

Asimismo, el hecho de ser responsables del cuidado de otro ser vivo puede tener un efecto positivo en la autoestima de la persona que los tiene a cargo. Las mascotas pueden ofrecer un amor incondicional que refuerza la sensación de ser valioso y capaz. Esta relación simbiótica puede ser especialmente beneficiosa para personas que sufren de depresión o trastornos emocionales, brindándoles un propósito y motivación diaria.

En el caso de las personas que viven solas o enfrentan situaciones de aislamiento social, un perro o un gato, por ejemplo, pueden ser una fuente amigable de compañía. La conexión emocional que se establece con alguno de ellos puede mitigar los efectos negativos de la soledad, proporcionando consuelo y apoyo en momentos difíciles.

“En el caso de las personas que a lo mejor viven solas, que han tenido una pérdida de un ser querido, ayuda la compañía de un animal, que de verdad se vive desde el amor, desde el dar cariño, desde que se alegran al verte. Son fieles, son amor puro y el ser humano también siente ese amor de vuelta. Y ese vínculo que se crea entre el animal y la persona es tremendamente saludable, porque se sabe que los lazos de amor fomentan y generan endorfinas que nos causan placer y al mismo tiempo serotonina, la hormona que nos da calma emocional y baja el cortisol”, explica Terol.

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Una buena salud canina inicia desde el interior.

Un motivo para socializar

Una de las principales ventajas de tener una mascota es la estructura que aportan a la vida diaria. Establecer rutinas para alimentar, pasear o jugar con el animal no solo beneficia al animal, sino que también proporciona al dueño una sensación de propósito y control.

Tener una mascota también puede abrir puertas a nuevas interacciones sociales, porque, por ejemplo, pasear a un perro puede facilitar conversaciones con vecinos o con otras personas en el parque, lo que promueve una sensación de comunidad y reduce el aislamiento social. Las mascotas pueden actuar como un "rompehielos" natural, ayudando a las personas a conectar con los demás.

“Tener un miembro canino en la familia que nos obliga a sacarlo a la calle varias veces al día y a pasear en zonas verdes, nos hace que esta socialización con el medio ambiente, esta inhibición del sedentarismo, esta activación, porque estamos hechos para el movimiento, no para ser sedentarios, nos ayude también en nuestra salud mental”, afirma la especialista.