La forma correcta de consumir la granada

Una alimentación adecuada y bien balanceada, combinada con una actividad física regular, es una piedra angular de una buena salud, remarca un estudio del Instituto de Salud Pública de Chile.

Al respecto, sus expertos afirman que una mala nutrición puede conducir a una reducción de la inmunidad, una mayor susceptibilidad a enfermedades, un deterioro del desarrollo físico y mental y una productividad reducida.

Lograr que nuestra alimentación sea saludable no requiere más que tomar conocer el valor nutricional de los alimentos, elegir aquellos que pueden ofrecer más beneficios y que podamos incluirlos entre otros hábitos que ayuden a cuidar nuestro organismo. Desde la Biblioteca de la Universidad de Concepción del Uruguay ponen énfasis en generar conciencia de alimentarse adecuadamente, nutrir el cuerpo y tener buena salud.

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Aliada de la salud

Existe una gran variedad de productos que podemos incluir en nuestra dieta diaria, pero los especialistas recomiendan principalmente el consumo de alimentos de origen natural, como las frutas, verduras, legumbres y algunas carnes, entre otros.

Hoy ponemos a tu disposición información sobre la granada, una fruta originaria de la India e Irán, y que se destaca por su aporte de potasio, vitaminas C y del grupo B, ácido cítrico, taninos y antocianinas (antioxidantes), de acuerdo a datos brindados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (España).

Desde la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México precisan que los estudios han demostrado que la granada puede ser un gran aliado para mantener una buena salud cardiovascular, reducir el colesterol, mejorar la circulación sanguínea y los niveles de estrés. Además, la destacan como una fruta perfecta para luchar contra el envejecimiento de la piel.

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Una aliada para salud.

Más allá de los beneficios que la granada ofrece para nuestra salud, incluirla en nuestra alimentación genera dudas en quienes intentan saber si se debe comer con o sin sus pepas. En este punto, especialistas en nutrición advierten que eso depende de cada consumidor y aclaran que al consumirlas con sus pepas se está aportando más fibra al organismo, algo que repercute positivamente en la digestión.

Quienes prefieren evitar las pepas, pueden exprimir la fruta y beber su jugo, aunque este proceso puede liberar aún más su alto contenido de azúcar. Finalmente, lo que no debe consumirse es la piel de la granada y las membranas blancas que rodean el interior de la fruta.