La hierba que disminuye dolores menstruales y combate parásitos
La Dysphania ambrosioides, conocida comúnmente como epazote, apazote o paico, es una planta aromática imprescindible en la cocina mexicana. Suele emplearse como condimento o con fines medicinales.
Esta planta olorosa es originaria de América Latina y era utilizada por los aztecas bajo el nombre náhuatl de "epazotl", de donde proviene el nombre actual utilizado en tierras mexicanas.
Generalmente crece en suelos arenosos y alcanza su máximo desarrollo en las orillas de ríos y lagos.
Con esta hierba se pueden sazonar distintos platillos como frijoles de olla, caldo de gallina, caldo tlalpeño, mole verde, así como en la preparación de esquites, salsa verde, chilaquiles, entre otros.
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Tiene propiedades neuroprotectoras que estimulan la función cognitiva¿Cuáles son los beneficios del epazote?
Según el Poder del Consumidor, el epazote es una hierba que brinda significativos beneficios para la salud, dado su contenido en fibra, ácido fólico, y una amplia gama de minerales como calcio, manganeso, potasio, hierro, cobre, zinc y selenio, junto con vitaminas A, B6 y C. Además, cuenta con propiedades antioxidantes que favorecen el correcto funcionamiento del metabolismo.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, dentro de sus propiedades medicinales destacan: disminuir los dolores menstruales, estomacales e intestinales, calmar el nerviosismo excesivo, descongestionar las vías respiratorias y aumentar la producción de leche materna. También era utilizado por los antiguos mayas para eliminar los parásitos.
A pesar de los considerables beneficios que ofrece esta hierba, su empleo con fines medicinales debe ser moderado, ya que contiene un aceite (ascaridol) que puede resultar altamente tóxico si se consume en cantidades excesivas.
¿Cómo se recomienda consumir el epazote?
El Poder del Consumidor aconseja que al adquirir epazote se deben elegir las hojas de tono verde intenso, evitando aquellas que presenten manchas o decoloraciones.
Estas pueden mantenerse frescas durante una semana a temperatura ambiente o hasta dos semanas en el refrigerador. Además, es posible secarlas para conservarlas hasta por seis meses, o congelarlas una vez secas para prolongar su duración.