Los cuidados que requieren perros con demencia senil
El amor incondicional de una mascota puede ofrecer mucho más que compañía, afirma un informe del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. Sus expertos señalan que los perros y los gatos, por señalar a los más comunes dentro del hogar, pueden disminuir el estrés, mejorar la salud del corazón e, incluso, ayudar a los niños con sus habilidades emocionales y sociales.
Desde los Institutos Nacionales de Salud (Estados Unidos) indican que se ha demostrado que la interacción con mascotas disminuye los niveles de cortisol (una hormona relacionada con el estrés) y disminuye la presión arterial. Además, añade que otros estudios han descubierto que los animales pueden reducir la soledad, aumentar los sentimientos de apoyo social y mejorar el estado de ánimo.
Más allá de cómo las mascotas pueden influir en la salud de sus dueños, son estos últimos los que también deben velar por la salud de los animales. Al respecto, te contamos que en el caso de los perros deben existir muchas prevenciones y estar atentos a sus comportamientos ya que estos pueden sufrir de demencia senil.
¿Qué es la demencia senil en perros?
La demencia senil implica el envejecimiento del sistema nervioso de los perros, explican desde el Hospital Veterinario de Especialidades, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus expertos indican que este trastorno puede manifestarse en perros de cualquier raza o sexo y, aunque no tiene cura, es posible brindarle a la mascota una mejor calidad de vida.
Sobre este tema, los profesionales del portal ExpertoAnimal revelan si los perros con demencia senil sufren. Si bien existen varios signos clínicos o síntomas que la mascota puede atravesar, dependerá de la valoración del veterinario que se basará en su estado de salud general para determinar que el animal no padecerá ningún tipo de dolor o sufrimiento.
El perro no va a sufrir por la demencia senil, afirman, pero es necesaria la visita a un especialista para hacer una evaluación general del estado de salud del animal. Este trastorno no causa dolores físicos, aunque estos pueden darse propios del proceso de envejecimiento y dependiendo de la raza y condiciones preexistentes.
Mitsy, estudio de caso que arroja luz en el camino
Un artículo publicado en el sitio de la IAABC Foundation Journal elaborado por Melissa McMath Hatfiel y Sara Bartlett describe un estudio de caso de demencia en un can llamado Mitsy, un terrier pequeño mestizo de 15 años. Entre sus síntomas destacaban la ansiedad por separación, confusión espacial, incapacidad para controlar el esfínter e intentar escapar cuando no poseía la correa.
Le fue elaborado un plan de cuidado tal cual habría sido creado para un humano anciano, tomando en cuenta que la "rutina era una parte crítica del plan con la menor cantidad de variación y estimulación posible", se lee en el artículo. Entre los cuidados que se le planteó a Mitsy se incluyen:
- Permanecer en el mismo ambiente hogareño con poca interacción social.
- Establecer una rutina diaria que incluyera ida al baño, comer, caminata matutina corta, pasar el día acompañada de dos perros y tres gatos, caminata por la tarde y hora de ir a la cama.
- Realizar actividades de calma como sostenerla, acariciarla, acurrucarla o cepillarla en su cama.
Luego de un mes con dicha rutina, la ansiedad y el paseo sin sentido desaparición casi por completo, esto gracias a la disminución de la exposición a estímulos externos durante las caminatas y la mayor frecuencia de cariños.
Si bien, no todos los canes presentan el mismo cuadro de demencia senil, es esencial llevarles con un especialista para comprender el caso específico de la mascota. "Entender las necesidades de un perro adulto con demencia alivian el estrés sobre el cuidador, así como el entrenamiento para los que cuidan a humanos con demencia alivia el estrés y la fatiga en los cuidadores", agrega el artículo.