Cáncer de próstata, la primera causa de muerte en hombres
Considerado un problema de salud mundial, el cáncer de próstata sigue siendo la primera causa de muerte en la población masculina en México.
En el más reciente reporte emitido por Globocan —organismo que evalúa las estadísticas del cáncer a nivel mundial e informa sobre el control y la investigación de la enfermedad—, que trabaja directamente para la Organización Mundial de la Salud (OMS), se informó que actualmente se tiene un registro de más de un millón 400 mil hombres con cáncer de próstata en todo el mundo.
Lo preocupante, además de los pacientes actuales, es la proyección que hace para el 2040, en la que se espera que la cifra se duplique. Es decir, se estima que para esas fechas los pacientes sumen más de dos millones 800 mil personas con cáncer de próstata, lo que agrava el panorama para los hombres. Actualmente, los médicos, en términos generales, identifican un cáncer de próstata en tres fases o niveles. El primero es cuando se detecta de manera oportuna, al que se le denomina localizado, es decir, el tumor está arrojado en la próstata y no se ha extendido más allá y, en ese escenario, es cuando el cáncer puede ser potencialmente curado.
"Sin embargo, cuando éste avanza y se empieza a extender a los tejidos cercanos a la próstata ya hablamos de un cáncer localmente avanzado", explica el doctor Juan Carlos Huerta, médico especialista en urología oncológica.
Finalmente, cuando se expande a otras partes del cuerpo, ya se habla de metástasis.
El principal problema al que se enfrentan los médicos especialistas es que la gran mayoría de los diagnósticos que se dan en nuestro país son en etapas muy avanzadas, cuando el cáncer se ha extendido y ha invadido otras zonas, por lo tanto, se encuentra en una fase mucho más agresiva.
El punto de partida
Aunque no se conoce una causa real sobre el origen del cáncer de próstata, sí se sabe que un factor importante para el aumento de tamaño de la próstata y el desarrollo del cáncer es la testosterona, que es la hormona masculina que se produce en los testículos. Para intentar ubicar el sitio donde se origina esta enfermedad es importante situarnos en la glándula prostática que tiene funciones netamente reproductivas. "El 80 por ciento del líquido seminal que eyaculamos lo produce la próstata y este lleva la intención de alimentar y mantener al espermatozoide cuando sale afuera del cuerpo y pueda cumplir con sus funciones reproductivas", señala el doctor Juan Carlos Huerta.
Cuando el hombre rebasa su edad reproductiva, esta glándula deja de tener un valor real. En promedio, de acuerdo con el especialista, a partir de los 50 años esta glándula empieza a degenerarse, es decir, inicia su crecimiento. Incrementa su tamaño porque se duplican las células, proceso que se considera "normal"; sin embargo, este crecimiento ordenado que tienen las células va a empezar a ser un crecimiento "desordenado", que es justamente cuando aparece el cáncer.
Las estadísticas
Estados Unidos reporta que cerca del 70 por ciento de sus casos de cáncer se detecta tempranamente, es decir, localizado. Cuando el paciente tiene un potencial de curación muy alta. La posibilidad de que se detecte en una etapa regional o localmente avanzada no llega ni siquiera el 15 por ciento. Mientras que, en la etapa metastásica, la etapa más avanzada, no reporta arriba del 10 por ciento.
"Entonces, aparentemente si vemos estadísticas mundiales, decimos que el cáncer de próstata que se presenta en una etapa temprana se puede curar", detalla Huerta. Sin embargo, la realidad en nuestro país es completamente distinta, pues en México los hombres no suelen acudir a la consulta médica, por lo que cuando se les detecta es en un estado muy avanzado.
De acuerdo con el urólogo, la expectativa de vida de un paciente con cáncer detectado a tiempo es de una "sobrevida a cinco años".
"No quiere decir que el paciente va a vivir cinco años, quiere decir que el paciente sobrevive cinco años posterior a tener cáncer y la posibilidad de que muera por otra causa y no por cáncer es muy alta. Entonces justamente hablamos de una sobrevida o una expectativa de cinco años por esa situación", explica el especialista.
Cuando el cáncer es detectado en una etapa avanzada, baja dramáticamente el porcentaje. En un paciente que se detecta en etapa metastásica, su expectativa de cinco años no rebasa el 34 por ciento, por lo que finalmente va a fallecer por cáncer de próstata en cualquiera de sus modalidades. Estos datos son obtenidos de estadísticas generales, pero en cuanto a los casos en México, la realidad es totalmente opuesta, pues los números resultan alarmantes.
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"De nuestro país únicamente se detecta el cáncer de próstata en una etapa localizada con una posibilidad de curación del 30 por ciento. El 70 por ciento se está detectando en una etapa localmente avanzada y metastásica, de los cuales 40 por ciento son regional avanzado y 30 por ciento metastásica", señala el médico sobre la situación en México, por lo que la expectativa de vida del hombre mexicano es muy baja, es decir, que la mayoría de los que son detectados van a morir por cáncer de próstata.
De acuerdo con datos de Globocan, a nivel mundial y considerando ambos sexos, el cáncer de próstata ocupa el cuarto sitio de lista. Sin embargo, en México, es la principal causa de cáncer entre los hombres y su principal causa de muerte.
"El registro de Globocan, en el último reporte del año pasado explicaba que en México hubo arriba de 27 mil casos de cáncer de próstata; la realidad es que no es así, es mucho más alto, y están reportadas un poco más de siete mil muertes. Pero no es cierto, hay muchísimas más", manifiesta el urólogo oncólogo Juan Carlos Huerta, esto debido a que las instituciones nacionales, así como los propios médicos, no están reportando los casos reales porque no se cuentan con "cifras oficiales".
Conforme a la experiencia del doctor Juan Carlos, en nuestro país, prevalecen dos situaciones al momento de detectar el cáncer de próstata. El primero es cuando se diagnostica por primera vez en un paciente y tras los estudios ya está en fase de metástasis, que es la más frecuente, o los que recibieron un tratamiento y el cáncer regresó, que se estima son el 30 por ciento de los casos.
Sin retorno
Como bien sentencia el doctor, en nuestro país, la mayoría de los casos detectados de este cáncer son en etapas donde ya está localmente avanzado o metastásicas, por lo que el paciente, desafortunadamente y de acuerdo con las estadísticas, morirá a causa de la enfermedad, por lo que en estos casos el objetivo médico es procurar que el paciente viva más, más de lo que pudiera vivir si no existiera algún tratamiento para prolongar su vida.
"Sabemos que el paciente va a fallecer por cáncer, sí, desafortunadamente; la expectativa es que todo ese tiempo que le quede de vida tenga calidad para convivir con su familia, que no esté sufriendo por los efectos de la enfermedad ni por efectos del tratamiento. El tratamiento deberá de ser individualizado ya que cada cáncer es diferente", enfatiza el especialista en urología oncológica.
Para elegir qué tratamiento es el que mejor se adecua al paciente se consideran distintos aspectos, como el volumen de la enfermedad, perfil de toxicidad, recursos disponibles, síntomas/comorbilidades, costos y duración de tratamientos, entre otros. A pesar de que se busca prolongar la vida del paciente, la enfermedad, en estado metastásico, seguirá evolucionando, por lo que se debe monitorear otras zonas para saber si se está extendiendo. "Esa progresión de la enfermedad, la extensión del proceso va a empezar a afectar a órganos y al afectarlos, van a aparecer síntomas. Uno de los principales sitios donde alcanza el cáncer de próstata a afectar son los huesos. Tiene cierta afinidad por el sistema óseo y la afectación del cáncer a nivel óseo genera mucho dolor", señala el doctor, de ahí que muchos pacientes cuando acuden con un ortopedista por dolores de huesos sean por consecuencia del propio cáncer.
Medicina en progresión
Desde que se detectó que la testosterona era la principal causa que producía un agrandamiento de la próstata y que podía desarrollar un cáncer, la medicina se enfocó exclusivamente a suprimir esta hormona y lo hizo a través de retirar los testículos, que en consecuencia acarreaban otros problemas en el paciente, como depresión emocional.
"Afortunadamente, los nuevos fármacos van a hacer que los testículos dejen de producir la testosterona, sin retirarlos físicamente; es un tratamiento farmacológico. El hecho de bloquear la testosterona o retirar los testículos se conoce con el término de castración. Entonces tenemos dos formas de hacer esta castración: la quirúrgica o la farmacológica", señala el especialista sobre las únicas alternativas que se venían aplicando hasta el 2004, cuando se desarrollaron nuevos fármacos, como el Docetaxel, que se suministra a través de una quimioterapia, con la que se busca aumentar la expectativa de vida en aquellos pacientes que fueron sometidos a algún tipo de castración y que volvieron a presentar la enfermedad, conocido como cáncer de próstata resistente a la castración.