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De la ansiedad a la felicidad: ¿cómo ayudar a los niños a entender y validar sus emociones?

Especialista resalta la importancia de trabajar la inteligencia emocional infantil mediante la identificación de las emociones

De la ansiedad a la felicidad: ¿cómo ayudar a los niños a entender y validar sus emociones?

De la ansiedad a la felicidad: ¿cómo ayudar a los niños a entender y validar sus emociones?

MAYRA FRANCO ROSALES

Estar en contacto con nuestras emociones no es sencillo. Para algunas personas es más fácil que para otras, pero dependerá de su contexto familiar y social, y de qué tanta capacidad de adaptación se tiene.

Si para los adultos, muchas veces suele ser complejo identificar sus sentimientos, hay que imaginar que para algunos niños esto puede complicarse aún más, ya sea por factores internos o externos que no se han identificado.

En ese sentido, el psicoterapeuta y docente, Iván Hernández Anaya, explica que para ayudar a los niños a trabajar su inteligencia emocional está la posibilidad de pedir apoyo a los padres o maestros, y “si fuera necesaria la ayuda psicoterapéutica, siempre será una alternativa positiva”.

Aunado a esto, hablar con los menores de las emociones en general, los ayudará a identificar y validar sus emociones, y empezar por resolver sus dudas más sencillas ayudará a que se entiendan mejor.

¿Cómo explicar a los niños la importancia de las emociones?

Esta es una pregunta muy compleja, sin embargo, podemos simplificar pensando en que desde que nacemos, venimos al mundo prefabricados con diferentes sistemas para interactuar con nuestro entorno. 

Todas esas sensaciones como frío, calor, hambre, sueño, dolor, entre otras se centralizan y se interpretan en nuestro cerebro para hacernos reaccionar dependiendo de qué tan satisfactorio, incómodo, placentero o doloroso sea el estímulo.

Sin embargo, no estamos limitados a esas reacciones que podemos llamar primitivas o instintivas, todas ellas se recubren de un velo que le da una experiencia a nuestro vivir, ese velo lo llamamos emociones y sentimientos.

Esas emociones y sentimientos, nos dan una visión particular de las cosas que nos pasan y conforme vamos creciendo incluso ese velo puede hacernos actuar o reaccionar con cosas que no nos pasan, pero que forman parte de nuestra imaginación, sueños o fantasías que se crean desde las imágenes mentales que tenemos por nuestra experiencia.

Debido a eso, es posible que ante nuevos eventos actuemos seguros de nosotros mismos o con inseguridad, sin tener claro si las cosas vayan a ocurrir de una forma u otra. 

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Un medio de expresión que ayuda con la sanidad emocional

Un ejemplo clásico es cuando tenemos un examen en la escuela, cada uno de nosotros tiene un puñado de vivencias almacenadas que propiciarán una reacción particular y única, otro ejemplo puede ser, el saber que nos van a poner una inyección, la simple palabra inyección puede producir una reacción emocional en nosotros.

Por otra parte, podemos ubicar otro tipo de emociones cuando estamos jugando nuestro juego favorito, cuando son vacaciones y en casa de la abuela estamos jugando todos los primos sintiendo que el verano es una eterna experiencia gratificante.

Estas emociones agradables que encontramos en la cotidianeidad, pueden definir el trayecto de nuestra vida, podría ayudarnos a descubrir qué queremos ser de grandes, por ejemplo, maestro, cantante, doctor, arquitecto, psicólogo o como ahora que aspiramos a ser gamers o youtubers.

Las emociones son importantes porque son la carretera en la que transita nuestra experiencia.

De acuerdo a la postura clásica, en el desarrollo emocional de los niños se reconocen seis emociones básicas: alegría, tristeza, miedo, ira, asco y sorpresa.
De acuerdo a la postura clásica, en el desarrollo emocional de los niños se reconocen seis emociones básicas: alegría, tristeza, miedo, ira, asco y sorpresa.

¿Hay emociones más importantes que otras?

¡Para nada!, toda la gama de emociones que logramos experimentar, le dan diferentes matices a nuestra vida. A todos nos ha pasado que encontramos una canción o una película que nos encanta, que queremos reproducir una y otra vez por lo gratificante que es, pero que con el paso del tiempo se desgasta y no despierta esas mismas emociones, o que las despierta en un mínimo nivel.

Algo así le pasa a los cultivos, si siembras una y otro vez en un terreno el mismo fruto, la tierra tiende a volverse pobre en nutrientes. El tener tantas emociones nos ayuda a mantener fértil el terreno, receptivo y listo para vivir nuevas vivencias.

Por otra parte, cada emoción trae consigo aprendizajes invaluables que nos ayudan a aprender cómo interactuar con nuestra familia, con nuestros amigos y en general con toda la sociedad, pero lo más importante es que las emociones nos ayudan a aprender de nosotros mismos y a decidir cómo queremos vivir nuestra vida.

¿Cómo podemos reconocer las emociones que sentimos?

Regularmente, cuando somos conscientes de que tenemos emociones es porque ya hubo otro u otros, que como exploradores encontraron en nosotros diferentes continentes que demarcaron como en un mapa las diferentes emociones que se manifiestan en nuestras reacciones. A lo que voy con esto, es que esos nombres que le damos a las emociones, tienen un tinte social y otro individual.

Para saber qué estamos sintiendo, y aunque parezca simplista, podemos cerrar los ojos y preguntarnos qué estoy sintiendo y dónde lo estoy sintiendo.

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Medidas para el autocuidado

Hay una actividad que se utiliza en psicoterapia con niños en la que dibujan una silueta de tu persona y así, cerrando los ojos tratas de visualizar experiencias donde hayas sentido, por ejemplo enojado. Luego, eliges un color que para ti represente el enojo, (usualmente se elige el rojo), y pintas en la silueta las partes del cuerpo donde puedas localizar dicha emoción, algunos pintan los puños, otros la cabeza, algunos otros el estómago, etc.

Y así con cada una de las emociones, si identificamos en qué parte del cuerpo estamos sintiendo la emoción, siguiendo esa dirección, podemos encontrar en nuestro mapa qué estamos sintiendo, darle un nombre y, acto seguido, podríamos regularla.

¿Cómo se puede explicar la ansiedad a los niños?

Como lo mencionaba, conforme vamos creciendo nos damos cuenta que no sólo las experiencias “reales” despiertan emociones y sensaciones, también la fantasía, la imaginación y en general nuestros pensamientos pueden hacernos reaccionar como si eso que pasa en nuestra mente fuera cien por ciento real.

Y así como puedes pasar horas de diversión jugando con tus carros o con tus muñecas creando historias, también tu mente puede crear escenarios en los que te puedes sentir amenazado y al ser imaginario, podemos inferir que en la mayoría de los casos no son “reales” aunque así se perciban.

La ansiedad tiene esta cualidad, porque tiene una intención de protegernos y encontrar peligros fisicos, sociales y emocionales, pero cuando se descontrola, porque algo no está funcionando bien, lejos de ser un aliado (como todas las emociones) se puede convertir en una tortura, como puede pasar con cualquier emoción, incluso con la felicidad.

La ansiedad, cuando se magnifica, puede distorsionar nuestra realidad, nos paraliza, nos nubla la dirección y pareciera que nos deja dentro de un huracán sin salida.

¿Qué sería bueno que los niños y las niñas supieran sobre sus emociones?

Que las emociones no son buenas ni malas, que todas son necesarias y que todas nos traen experiencias. Éstas pueden ser fuente de inspiración y de grandeza.

Pero sobre todo que las emociones están hechas para interactuar, pero no sólo entre ellas en nuestra mente, sino que deben de interactuar con las emociones de las demás personas, por ello siempre deben ser expresadas, desde el deporte, desde el arte, pero lo fundamental es la expresión por las palabras.

El que nuestras emociones interactúen con las emociones de los otros no es tarea fácil, ya que siempre existe la posibilidad de que un evento se sienta de diferente manera para cada persona, lo que puede generar interpretaciones distintas que nos llevan a desacuerdos. Pero sólo en esta interacción podemos encontrar algo que es importante para el ser humano: la empatía.

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Escrito en: psicología niños inteligencia emocional

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