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¿Alguna vez te has preguntado por qué reaccionas de manera diferente al estrés que las personas que te rodean?
La respuesta podría estar en los “lenguajes del estrés”, un concepto que está ganando cada vez más relevancia en el campo de la psicología y la salud mental.
¿Cuáles son estos lenguajes?
Según la fisioterapeuta Chantal Donnelly, en su libro Settled: How to Find Calm in a Stress Inducing World, cuando estamos bajo presión, nuestro cerebro reacciona de formas muy diversas. Estos patrones de respuesta, a los que ella denomina “lenguajes del estrés”, pueden ser tan variados como nuestras personalidades.
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Consejos prácticos para una pronta recuperación.Donnelly ha identificado cinco categorías principales a las que ha denominado implosión, explosión, reparación, sumisión y negación.
El implosionador es la persona que tiende a “congelarse” ante el estrés, sintiendo desesperanza, indefensión y parálisis. Es decir, hay una respuesta de congelación a una situación estresante que se manifiesta en desesperación e impotencia.
Por el contrario, el explosivo reacciona con una respuesta de “lucha o huida”, expresando su estrés a través de la ira, la frustración o la impulsividad. De tal forma que la persona pelea, sobrereacciona, siente irritación, frustración y huye.
Mientras que el reparador busca resolver los problemas y encontrar soluciones inmediatas, a menudo sacrificando sus propias necesidades. Quien lo vive calma y complace a otras personas para estar bien y evitar conflictos.
El sumiso, o también llamado anestesiado, son aquellas personas que buscan escapar de la situación estresante no pensando en ella, y en vez de afrontarla cierran sus ojos, a menudo con cosas que les distraigan como el exceso de trabajo, ejercicio, videojuegos y hasta alcohol y drogas.
Finalmente, el negacionista prefiere evitar las situaciones estresantes bajo un optimismo tóxico, convenciendo de que todo va a estar bien, de modo que termina por evadir su realidad.
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Una opción desde casa para relajarse.¿Cómo descubrir tu lenguaje del estrés?
Aunque existen diversos test y herramientas online que pueden ayudarte a identificar tu perfil, recuerda que nada sustituye el diagnóstico y acompañamiento de un especialista en salud mental.
Si al reflexionar sobre tus reacciones habituales ante situaciones estresantes y cómo te comportas en diferentes contextos, observas que no sabes cómo manejar el estrés busca ayuda profesional y acude con algún psicólogo.
Recuerda que independientemente de tu lenguaje del estrés, existen algunas estrategias generales que pueden ayudarte a manejar la presión de manera más saludable como algunas técnicas de relajación asociadas a la meditación, el yoga y la respiración profunda.
Además, puede resultar útil realizar alguna actividad física, cuidar de tu alimentación, dormir lo suficiente para descansar y fortalecer tus relaciones de amistad y familiares.