Deja los lentes atrás

La cirugía refractiva es una opción para dejar de usar lentes. Se trata, en palabras de Ian Cárdenas, oftalmólogo con subespecialidad en segmento anterior, córnea y cirugía refractiva, de un procedimiento que corrige “los defectos refractivos (la graduación del paciente)”. Entre estos se encuentran la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.

Por esa razón, el especialista ahonda en esta alternativa para la salud visual.

¿Qué opciones existen?

Cárdenas comenta que hay dos opciones principales para la cirugía refractiva. Una es la que se hace con Láser Excimer, mientras que la otra es cuando se coloca un lente intraocular ICL que son lentes que van por delante del cristalino para corregir la graduación del paciente.

La posibilidad a acceder a uno u otro procedimiento depende de la valoración del especialista. Hay casos en que pacientes que no son candidatos a cirugía por láser sí pueden optar por el lente intraocular ICL.

En palabras del oftalmólogo de +VISIÓN, ambas opciones de cirugía refractiva permiten “quitarnos la graduación que tenemos en ese momento. No podemos modificar que vaya a cambiar con el tiempo. El tratamiento se hace de acuerdo a la graduación actual y va a depender mucho del proceso de cicatrización y de si se tiene alguna tendencia para que el ojo cambie de graduación". 

"Los procedimientos los hacemos con base en ciertos criterios que incluyen que no puedes tener un cambio de graduación mayor a .50 dioprtrías en un año. Y de esta manera nos aseguramos que el procedimiento le va a servir y no va a perder la eficacia en un tiempo corto”, agregó.

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¿Hay edades recomendadas?

De acuerdo a estos criterios, comenta Cárdenas, lo ideal es empezar a operar a los pacientes a partir de los 21 años, ya que es la edad estimada en que el ojo deja de cambiar. Aunque también se dan casos en que puede realizarse a una edad más temprana.

En el otro extremo, se ofrece esta opción a pacientes menores de 55 años. Esto se debe a que a partir de esa edad el paciente va a comenzar a presentar cierto grado de opacidad del cristalino que se denomina catarata. Eso lleva a reducir la efectividad del procedimiento.

Contraindicaciones

Ian Cárdenas lo explica de la siguiente manera:

“Las hay relativas y absolutas. Para saber si se es candidato a una cirugía refractiva, se tienen que hacer estudios de la córnea, que es donde nosotros vamos a trabajar. Los pacientes que tengan irregularidades en la córnea, como una enfermedad llamada queratocono., impide hacer el procedimiento”.

“Las córneas delgadas generalmente no las operamos, porque tienen riesgo de desarrollar una complicación llamada ectasia post-Lásik (la córnea se vuelve como un pico). De igual forma es si vemos que la córnea tiene alguna irregularidad o que el paciente tiene ciertos padecimientos o condiciones, como el Síndrome de Down, si ha tomado medicamentos para el acné (que tapan algunas glándulas que inducen al ojo seco), embarazo o lactancia o o enfermedades autinmunes”

Estos aspectos se suelen tomar en cuenta sobre todo cuando se busca la cirugía por láser. Cuando se opta por el lente, se suele revisar la profundidad del espacio entre el lente natural, que es el cristalino y la parte interna la córnea, para ver que tenga una profundidad adecuada y valorar las características internas de la córnea.

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Alternativas para todos los gustos.

Consideraciones

Cuando ya se ha tomado la decisión de optar por la cirugía, se deben hacer los estudios solicitados por el especialista.

De acuerdo a Ian Cárdenas, en cualquiera de sus modalidades, las operaciones son de apenas unos minutos. Se hace un seguimiento en tres consultas y se le pide al paciente que evite entrar a albercas durante un mes, se aleje de los deportes de contacto, que use lentes oscuros para proteger su córnea de la radiación ultravioleta. En el caso de las mujeres, deben evitar maquillarse durante ese periodo.

En caso de haber optado por el lente intraocular, se añade la recomendación de no cargar objetos pesados

Después de la cirugía

Si hay algunos de estos síntomas, se debe ir a la brevedad con el especialista:

• Ojo rojo con dolor
• Secreción
• Baja visión
• Ver distorsionado

La importancia de la valoración

“No por querernos quitar los lentes debemos poner en riesgo nuestra visión. Esto puede poner en riesgo nuestra salud visual y la visión en general. De ahí a que sea muy importante valorar quién sí y quién no puede hacerse la cirugía. Y aquellos que no puedan, que sigan usando sus lentes para así evitar otros problemas”, precisa Ian Cárdenas, oftalmólogo.