Imagen: generada con IA. (Freepik)
¿Sabías que la hormona oxitocina, que se secreta cuando el cuerpo experimenta placer, también surge cuando una mascota y su dueño experimentan interacciones positivas entre sí?, es lo que plantea la gerontóloga Liliana Buitrago ante el hecho de si es recomendable tener mascotas durante la vejez.
Esta etapa puede traer consigo la soledad, la reducción de actividades sociales y una disminución de la movilidad. Sin embargo, la presencia de una mascota puede ofrecer una solución efectiva a muchos de estos problemas, proporcionando compañía y mejorando la calidad de vida de los adultos mayores.
La relación entre humanos y animales ha sido objeto de numerosos estudios, revelando que tener una mascota puede ofrecer beneficios notables para la salud física y mental.
“Entre más fuerte sea el vínculo entre la persona y su mascota, mayor es la posibilidad de que la persona secrete la oxitocina, creando estados de felicidad y de salud.
"Se ha comprobado que al tener una estrecha relación con una mascota, e interactuar con ella regularmente, aparecen una serie de beneficios, por ejemplo acariciar a una perro o a un gato por aproximadamente 10 minutos o más, puede aliviar rápidamente el estrés cotidiano y bajar la presión arterial”, explica Buitrago.
TAMBIÉN LEE Cómo afrontar la pérdida de amigos en la vejez
Aceptar y hablar de la pérdida ayuda a afrontar el duelo durante la tercera edadLa compañía constante de un animal puede ofrecer un gran apoyo emocional, especialmente para aquellos que viven solos o han perdido seres queridos. Los perros y gatos, en particular, son conocidos por su capacidad para brindar consuelo y afecto incondicional.
Esta interacción frecuente puede ayudar a reducir sentimientos de soledad y depresión, promoviendo un estado de ánimo más positivo.
Además de estos beneficios emocionales, las mascotas pueden aportar a la salud física de los adultos mayores. Los perros, por ejemplo, requieren paseos diarios, lo que puede incentivar a sus dueños a mantenerse activos.
La actividad física regular, como caminar con un perro, es beneficiosa para la salud cardiovascular y puede ayudar a mantener la movilidad y la fuerza muscular en la tercera edad. También puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión.
“Tener una mascota en esta etapa de la vida aumenta la autoestima, el humor y la sociabilidad del adulto mayor. También la responsabilidad de cuidar una mascota aporta a los adultos mayores la sensación de sentirse útiles, algo que será muy positivo para su salud mental y bienestar emocional de la persona”, ahonda la gerontóloga.
La presencia de un perro o un gato puede fomentar una rutina diaria estructurada, que es particularmente útil para las personas mayores que pueden tener dificultades para mantener una rutina regular. Alimentar, cuidar y jugar con una mascota proporciona un sentido de propósito y responsabilidad que puede mejorar la autoestima y el bienestar en general.
TAMBIÉN LEE Malos hábitos que aceleran la aparición de canas
Se ha vuelto cada vez más común en personas entre los 20 y 30 años con canas¿Cómo elegir la mascota ideal?
Es importante considerar las necesidades y capacidades individuales al decidir adoptar una mascota. Los adultos mayores deben elegir animales que se adapten a su estilo de vida y nivel de movilidad.
Mascotas de menor tamaño, como gatos o perros pequeños, pueden ser más apropiadas para aquellos que prefieren animales que requieren menos contacto físico.
También es importante asegurarse de que se pueda brindar el cuidado adecuado y que se cuente con el apoyo necesario para gestionar cualquier aspecto relacionado con la salud y el bienestar de la mascota.
“Hay que destacar que tener una mascota en casa es una decisión que se debe de meditar y tomar con toda consciencia. Se necesita mucha responsabilidad y compromiso y se recomienda el asesoramiento de un experto, de la opinión del médico, por ejemplo, de quien cumple la función del cuidador de la mascota.
"Tener una mascota en casa le da oportunidad a la persona mayor de construir nuevas historias, ya que la sensación de ánimo y energía para cuidar a otro le ayuda a incentivar el envejecimiento activo”, asegura Liliana Buitrago.
