Agentes externos que aumentan el riesgo de cáncer de mama
La investigación científica se ha enfocado en desentrañar los misterios del cáncer de mama, buscando identificar los factores que predisponen a las mujeres a desarrollar esta enfermedad.
Según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), ciertas sustancias presentes en productos de uso cotidiano han sido clasificadas como carcinógenos probables o posibles.
Aunque no todos estos productos generan un riesgo directo, las exposiciones prolongadas y acumulativas podrían tener efectos adversos en la salud, en especial cuando se combinan con otros factores de riesgo.
¿Un riesgo oculto?
Entre los ingredientes sospechosos de causar daño a largo plazo, los disruptores endocrinos como el bisfenol A (BPA) y los ftalatos destacan por su posible relación con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
Un ejemplo claro son los parabenos y formaldehído, presentes en algunos cosméticos, que han sido motivo de estudio debido a su posible relación con el cáncer.
Mientras que la evidencia directa que vincule su uso con el cáncer de mama aún es limitada, las autoridades sanitarias como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) y la IARC continúan monitoreando estos componentes, instando a un uso prudente de productos que los contienen.
Un informe de la Breast Cancer Fund señaló que el uso prolongado de productos con estos componentes podría alterar los niveles hormonales en mujeres y aumentar el riesgo de cáncer de mama en aquellas que ya son vulnerables.
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Estudio de caso de la Cofepris encontró sustancias potencialmente tóxicas.Factores de riesgo
No solo los productos cosméticos están bajo el radar. La alimentación y el estilo de vida desempeñan un papel fundamental en la prevención del cáncer. Susana Medrano, radióloga y especialista en imagenología mamaria y fundadora de la asociación Fuerza Rosa Laguna, destaca algunos factores de riesgo clave, como la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y tabaco.
“Son factores claros que aumentan el riesgo, no solo para el cáncer de mama sino para una variedad de cánceres", dice.
Los cambios de la vida moderna han contribuido a que más mujeres tengan el primer embarazo a término después de los 30 años, lo cual, según la doctora Medrano, aumenta el riesgo de cáncer de mama.
La lactancia materna es otra variable clave.
"Amamantar reduce el impacto de los estrógenos en el tejido mamario, protegiendo así la salud de las mamas. Hoy en día, muchas mujeres evitan la lactancia por razones estéticas, pero esa decisión podría aumentar su riesgo de cáncer a largo plazo", advierte.
La Genética
Si bien no podemos cambiar nuestros genes, es importante conocer nuestra historia familiar de cáncer de mama. Las mujeres con antecedentes familiares de esta enfermedad, especialmente si tienen familiares cercanos con mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2, tienen un riesgo significativamente mayor.
Estilo de vida
La forma en que vivimos puede marcar una gran diferencia en nuestro riesgo de desarrollar cáncer de mama. La obesidad es un factor de riesgo bien establecido. El exceso de tejido adiposo produce mayores cantidades de estrógenos, hormonas que pueden estimular el crecimiento celular en las mamas, especialmente cuando se está lactando, por ello es recomendable llevar a término el embarazo y la lactancia.
La actividad física regular ayuda a mantener un peso saludable, mejora la sensibilidad a la insulina y fortalece el sistema inmunológico, lo que puede ayudar a prevenir el cáncer.
La dieta también influye. Una alimentación rica en frutas, verduras y granos enteros, y baja en grasas saturadas y azúcares procesados, puede reducir el riesgo. Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
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Disminuye las molestias articulares con estos consejos.Radiaciones y otros factores emergentes
En cuanto a las preocupaciones sobre radiaciones cotidianas, como las emitidas por teléfonos móviles o microondas, Medrano aclara que no hay evidencia contundente que vincule el uso de teléfonos móviles con el cáncer de mama. Sin embargo, las radiaciones ionizantes utilizadas en tratamientos médicos, como para el cáncer de tiroides o linfomas, sí pueden aumentar el riesgo, especialmente si se aplican en el área del tórax o el cuello.
Por otro lado, los tratamientos con láser para la piel o depilaciones tampoco han mostrado relación alguna con el cáncer.
La radiación solar puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel, especialmente si se expone la piel de manera prolongada y sin protección
Estrategias
El control de factores como el tabaquismo y el consumo de alcohol sigue siendo una de las mejores formas de reducir el riesgo de cáncer.
Además, es fundamental realizar autoexploraciones de las mamas de manera regular y acudir a controles médicos periódicos para detectar cualquier cambio a tiempo. Las mamografías son una herramienta importante para la detección temprana del cáncer de mama en mujeres a partir de los 40 años.
Optar por productos de limpieza y cosméticos que estén libres de parabenos, formaldehído y ftalatos, estar al tanto de los avances en la investigación científica puede ayudar a las personas a tomar decisiones más informadas sobre los productos que usan diariamente.