La salud mental y las escuelas

La salud mental es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno sociocultural que los rodea, incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés. 

La salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de una persona y su comunidad. En el contexto educativo, esta salud mental sigue siendo un tema crucial para el correcto desarrollo del individuo tanto en los académico como en lo humano.

 Partiendo de esto, las escuelas son espacios donde los estudiantes pasan gran parte de su tiempo, y un ambiente que promueva el bienestar emocional puede ser determinante para su desarrollo académico y personal. Sin embargo, en muchas ocasiones el apoyo disponible es limitado o no se comprende plenamente.

Por lo tanto, es vital explorar cómo las instituciones pueden fortalecer su enfoque en la salud mental, para buscar garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a los recursos necesarios para prosperar.

En entrevista, Verónica Manjarrez, coordinadora del departamento de Psicopedagogía de la Universidad Autónoma de La Laguna (UAL), considera que, en el entorno escolar, es crucial que tanto educadores (con sus alumnos) como estudiantes (con sus compañeros) se mantengan alertas ante los signos de malestar emocional.

Estar atentos a estos indicadores nos permite intervenir a tiempo y proporcionar el apoyo necesario para fomentar un ambiente escolar saludable y seguro.

Los siguientes son los puntos que la especialista señala como guía al momento de que la escuela sea un bastión para identificar cualquier anomalía en la salud mental.

TAMBIÉN LEE ¿Cuáles son y cómo funcionan los lenguajes del estrés? 

Identificación temprana de conductas atípicas

Los maestros son los primeros en notar cambios en el comportamiento de sus alumnos. Entre los que son más sencillos de ver manifestados son la falta de atención, inquietud excesiva o reacciones desproporcionadas ante comentarios de compañeros. Esta detección temprana es vital, ya que permite iniciar un proceso de investigación sobre las causas detrás de estas conductas.

De esta manera, lo ideal es que los padres tengan una buena comunicación con los profesores de sus hijos, en especial cuando están en etapas tempranas de su educación, para conocer cómo se desarrolla en diferentes contextos y ver si sus conductas no son algo que deba atraer la atención.

Contención emocional

Este apoyo puede manifestarse a través de una escucha activa y empática, donde el estudiante se sienta seguro para expresar sus sentimientos y preocupaciones sin temor a ser juzgado. Es fundamental que tanto educadores como compañeros de clase estén capacitados para ofrecer este tipo de apoyo, para crear así una red de apoyo que fomente el bienestar emocional en el entorno escolar.

Canalización con expertos

Si tras lo anterior se observa que los problemas son más complejos o persistentes, la institución tiene la responsabilidad de canalizar al estudiante con un experto en salud mental. Es aquí cuando las opciones pueden variar de una escuela a otra, dependiendo de si cuentan con un departamento especializado para este tipo de casos o no, hasta la necesidad de llevar una atención más enfocada.

Por esa razón, Verónica Manjarrez menciona las alternativas que existen en la institución para dar seguimiento a la salud mental de los estudiantes:

“Dentro de la universidad tenemos centros de apoyo, como el Centro Comunitario de Atención Psicológica Integral (CCAPI). Este centro es atendido por alumnos de la carrera de psicología de ultimo semestre de la carrera, quienes, respaldados por su coordinador, pueden dar esa asesoría externa del Departamento de Psicopedagogía, así como alumnos de la maestría en terapia familiar y de pareja”.

TAMBIÉN LEE Ansiedad y estrés: un desafío para padres y maestros

Ten una comunicación efectiva para entenderlos mejor

El papel de los compañeros

Como se ha mencionad con anterioridad, las conductas extrañas pueden ser detectadas por una red de apoyo que tenga el joven. Si bien se destaca el papel de los padres, los docentes y los especialistas en la materia que se encuentran dentro de las propias instituciones educativas, los compañeros, en especial cuando ya son conocidos de hace tiempo, también pueden ser capaces de notar cambios que sean una alerta respecto a la salud mental de una persona. Estas son algunas maneras sanas en que pueden participar.

1. Escuchar activa: escuchar sin interrumpir ni juzgar puede hacer que la persona se sienta valorada y comprendida. Frases como "entiendo que esto es difícil para ti" pueden ser reconfortantes.
2. Fomentar actividades positivas: invitar al otro a participar en actividades divertidas o relajantes, como deportes, arte o salir a caminar, para ayudar a distraerlo y mejorar su estado de ánimo.
3. Informar sobre recursos: si es apropiado, sugiérele que hable con un consejero escolar o un adulto de confianza si siente que necesita más ayuda.
4. Ser paciente: a veces, las personas necesitan tiempo para procesar sus emociones.
5. Cuidar del propio bienestar: ayudar a otros puede ser emocionalmente demandante, así que es necesario cuidar de uno mismo y buscar apoyo si es necesario.