La razón del por qué duele comer picante
Existen diversos mecanismos moleculares que rodean la acción de llevar un bocadillo picante a la boca, las cuales son causantes de diversas sensaciones como el ardor, lagrimeo, entumecimiento, dolor, entre otros. Pero ¿cómo es que funcionan? Especialistas explican qué es lo que hay detrás de los efectos del picante en el cuerpo.
Para comprender qué sucede, debes saber que existen proteínas llamadas canales iónicos que se encuentran en la membrana de las células. Estos canales permiten el paso de iones a través de ellas.
Son importantes debido a que participan en procesos como la contracción muscular, la transmisión de impulsos nerviosos, la liberación de hormonas y neurotransmisores.
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Acaba con los estragos de las fiestas decembrinas.Tamara Rosenbaum Emir, investigadora del Instituto de Fisiología Celular (IFC), describe que, al comer picante, el dolor se activa debido a que en las neuronas del nervio trigémico, involucrado en la masticación, se abre un canal iónico denominado TRPV1.
La activación es provocada por algunos componentes de la pimienta, el ajo y la sustancia capsaicina, encontrada en los chiles, la responsable del sabor picante.
El TRPV1 está asociado a la inflamación, angina de pecho, dolor neuropático, artritis y cáncer. Su función es avisar que algo anda mal, desde enchilarse hasta padecer cáncer.
Cuando se consume gran cantidad de picante, el sistema nervioso interpreta la señal de que la boca se quema, por ello, al momento de enchilarse, se busca tomar agua y se realizan movimientos con las manos para tratar de enfriarla.
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A menudo, este método que implica la reducción o depuración se asocia al uso de la tecnología.¿Por qué seguimos comiendo?
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señala que consumir picante estimula la liberación de endorfinas, que son sustancias del cerebro que producen sensación de placer, sin embargo, en exceso tiene un precio.
Se convierte en un ciclo interminable donde se come picante una y otra vez a pesar de las sensaciones que provoca gracias a que dichas sustancias actúan como analgésico, lo que genera una sensación de bienestar y felicidad.
A pesar del placer y beneficio de consumir picante, en exceso puede provocar gastritis, dañar órganos como el recto y el intestino grueso, provocar dolor intenso, irritación, diarrea, inflación y en ciertos casos úlceras gástricas, refiere el IMSS. Lo ideal es moderar su consumo por salud.
